Formentera, un paraíso en el Mediterráneo

Ya no hace falta viajar al Caribe para trasladarse al paraíso. Formentera te transporta al mismísimo epicentro del edén. Esta isla balear situada en el corazón del Mediterráneo se ha convertido en la escapada de moda entre los turistas más distinguidos y exigentes, llegando incluso a desbancar a su vecina Ibiza. Cualquier época del año es buena para visitarla. En verano la actividad de la isla se dispara, pero la llegada del otoño la envuelve de un aura más íntima y la convierte en un destino más especial si cabe que el resto del año, pues la temperatura continúa siendo muy agradable (entre 15 y 25ºC) y se respira aún más calma que de costumbre.
Formentera es la nueva joya del Mare Nostrum. ¿El secreto de su éxito?: Playas de ensueño, aguas cristalinas, calas espectaculares, paisajes vírgenes, un ambiente chic, un clima suave, unas puestas de sol mágicas… son sólo algunas de las claves de su grandiosidad.
Dicen que cuando llegas a Formentera quedas hechizado. Una vez que conoces la isla es imposible vivir sin ella. Ya no hay vuelta atrás. Tanta belleza y tranquilidad engancha y genera la necesidad de quedarse o de regresar más tarde o más temprano.

Playas de ensueño

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Recorriendo Formentera se pueden descubrir playas espectaculares y calas impresionantes a cada paso. Cada una de ellas tiene una esencia propia y es diferente de la anterior. No hay dos rincones iguales.
La playa de Migjorn es la más extensa de la isla y la que concentra menos gente, por lo que es ideal para encontrar la tranquilidad, bucear o practicar snorkel.

Illetes te traslada mentalmente al mismísimo Caribe. De arena blanca y fina y de aguas cristalinas, esta playa no tiene nada que envidiar a las de México, Costa Rica o República Dominicana. Durante los meses de verano es muy frecuentada por los turistas, pero el resto del año es muy tranquila y se convierte en un destino de lujo para los naturistas y los amantes del nudismo.

En cuanto a las calas que se reparten por la costa, Saona es una de las más impactantes. Rodeada de acantilados, la orilla está regada por aguas de color turquesa que contrastan con el tono rojizo de las rocas. El espectáculo es extraordinario para la vista, tanto que parece no formar parte de la realidad. Uno se siente pequeño cuando contempla un paisaje como éste, parece estar viviendo un sueño.

El arte de la isla

Catalogada por muchos como la tierra de la libertad, Formentera ha atraído a turistas ilustres y muy particulares desde la década de los 70, cuando se inició el movimiento hippie en la isla. Artistas tan emblemáticos y especiales como Bob Dilan, Mick Jagger o Joan Baez la descubrieron, se enamoraron perdidamente de ella y la convirtieron en su lugar de descanso y en la fuente de inspiración de muchas de sus canciones.

De obligada visita son sus Faros de La Mola y de Es Cap de Barbaria.

El Faro de La Mola es considerado por muchos lugareños un lugar místico y espiritual. Incluso Julio Verne lo describió como un paraje mágico en una de sus obras. Es recomendable visitarlo cuando sale el sol, ya que ofrece unas vistas espectaculares.
Por su parte, el Faro de Barbaria es conocido mundialmente gracias al cineasta vasco Julio Medem, que le otorgó un protagonismo especial en su película “Lucía y el sexo”. Rodeado de rocas, brinda un espectáculo que es un placer para los sentidos, especialmente cuando se pone el sol.
Ambos parajes permiten al visitante disfrutar de unos atardeceres únicos. El mar y el cielo se funden detrás de estas torres, dando paso a un hermoso espectáculo digno de contemplar.

Cómo llegar
Formentera no tiene aeropuerto. La única manera de acceder a la isla es por vía marítima. Hay barcos que comunican Formentera con Ibiza y Denia. Este medio de transporte es algo más económico y, además, permite al viajero llevarse su propio vehículo.
El Ferry diario Ibiza-Formentera realiza este recorrido en 25 minutos.
El Ferry “Pasió per Formentera”, que une Denia y Formentera, circula con una frecuencia de cuatro viajes semanales.
En el caso de no llevar vehículo propio, el viajero puede desplazarse en autobús (existen varias líneas que unen los principales puntos de la isla con el puerto de La Savina) o alquilar un coche, una motocicleta o una bici para recorrer las calas y los rincones más especiales de la isla.