Los urbanos de Seat de ayer y hoy, frente a frente… El 31 de julio se celebran los 40 años del último Seat 600 producido… 54 años separan el nacimiento de ambos modelos – 600 Vs Mii- Dos respuestas idóneas para la movilidad en distintas épocas…
Más de medio siglo ha transcurrido entre los lanzamientos de dos coches que, evidentemente cada uno en su época, han cubierto la demanda del coche urbano pero polivalente: nada menos que 54 años separan al 600 que vio la luz a mediados de 1957 del Mii presentado en otoño de 2011. ¿Son coches comparables entre sí? Por supuesto que, como comparar, todo es susceptible de comparación; pero ¿es razonable y lógico este enfrentamiento o, si se prefiere un enfoque menos antagónico, este paralelismo?
Sin olvidar en ningún momento lo ya dicho respecto a encuadrar cada coche en su época, sí es razonable comparar el 600 y el Mii, porque ambos responden a la definición dada más arriba: coche urbano, pero polivalente.
Comparación final
Para empezar, el 600 era un “todo atrás”, y el Mii, es un tracción delantera; una estructura esta última que permite disponer de un maletero algo más amplio, a igualdad de tamaño exterior, y de un comportamiento rutero más fácil de manejar por conductores no especialmente hábiles. Por lo tanto, cabe una pregunta: ¿por qué el 600 no fue de tracción delantera? En sus tiempos ya había algunos coches -pequeños, e incluso medianos y alguno grande- que utilizaban dicha estructura. El motivo de que no se aplicase fue básicamente que las juntas homocinéticas que era preciso utilizar en las ruedas delanteras, simultáneamente motrices y de dirección, no eran suficientemente fiables. Hubo que esperar a las de tipo Rzeppa, de esferas circulando en unas guías de muy delicada mecanización, para que alcanzasen el nivel de fiabilidad que se le quería dar a un coche popular como el 600.Y cuando esas juntas llegaron, el SEAT 127 fue de los primeros en utilizarlas, y se entró en una nueva era.
Y es por ello que, al margen de las ya mencionadas diferencias de tecnología en los motores, también las hay, y muchas, entre 600 y Mii por lo que respecta a bastidor: la tracción delantera, la dirección de cremallera, los frenos de disco y el comportamiento rutero nos recuerdan que ha pasado medio siglo entre uno y otro. De tamaño no son tan dispares, ya que el nuevo apenas si supera en un palmo de longitud al antiguo. Eso sí, su habitabilidad es bastante mejor, y su maletero único, más práctico que el desdoblado de su ancestro, aunque la cubicación total no sea mucho mayor. Y es en equipamiento, tanto de seguridad como de confort, donde no hay color en la comparación: en el Mii con acabado Style disponemos en serie de ESC, ABS, dirección asistida, aire acondicionado, airbags, cierre central y elevalunas eléctricos, radio y diversos reglajes de asientos y volante; y en opción, control de crucero, navegador y llantas de aleación. La diferencia es abismal, evidentemente.
No obstante, hay una comparación final que no es la de ambos coches entre sí, y ni siquiera la de las exigencias de sus respectivos usuarios, con 50 años de intervalo; se trata de una diferencia de infraestructuras. La red viaria por la circuló el 600 no se parece en nada a la que utiliza un Mii, salvo en carreteras actuales de orden no ya secundario sino terciario. Tanto por trazado, como por pavimento, anchura de la calzada y visibilidad, son dos mundos aparte. Un 600, incluso en perfecto estado de conservación, sin duda sufre mucho en la comparación con el Mii al viajar actualmente por la red de autovías; su marcha de crucero (80/90 km reales, a todo tirar) resulta absolutamente inadecuada. Pero a la inversa, si hubiésemos podido aplicar la “máquina del tiempo” al Mii, y transplantarlo a la década de los 60, hubiese sido preciso, como mínimo, montarle un desarrollo final mucho más corto, so pena de no poder utilizar la 5ª marcha prácticamente casi nunca. Claro que los frenos de disco y el comportamiento de la tracción delantera se hubiesen agradecido; pero lo cierto es que cada coche estuvo y está diseñado para su tiempo, su clientela y sus carreteras: dos respuestas perfectas a cada una de tan distintas exigencias.
Deja un comentario