A las 16:30 llegaba a la capilla del Palacio Real, acompañado de su amigo y best man, Jan-Ake Hansson, el príncipe Carl Phillips de Suecia, saludando a la prensa accede al interior para esperar la llegada de la novia, Sofía Hellqvist.
Minutos antes había entrado la Familia Real sueca siguiendo el protocolo.
La primera en entrar, la princesa Magdalena, en avanzado estado de gestación, por lo que se temía que no hubiera acudido a la boda, junto a su marido, Chris O’Neill y la hija de ambos Leonore, después los príncipes Victoria y Daniel y los últimos los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia. La capilla y los invitados, alrededor de 350, habían llegado como es costumbre minutos antes.
Con retraso llega la novia felicísima, del brazo de su padre, Erik Hellqvist, con un traje diseñado por Ida Sjöstedt y en la cabeza una tiara de brillantes y esmeraldas, regalo de los Reyes de Suecia por su boda.
El novio inquieto en el altar, luce uniforme de gala del Cuerpo Anfibio de la Marina Real de Suecia y la orden de los serafines, de la Estrella Polar, además de otras condecoraciones.
Durante la ceremonia, música de una versión de Umbrella de Rihanna cantada por Salem Al Fakir y la salida de los novios, con música estilo góspel, que no disimulan su felicidad. Suenan campanas y salvas de cañón, Carlos Felipe y Sofía ya son marido y mujer.
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