Se acerca el verano y muchos están ya haciendo sus reservas para largas vacaciones fuera de casa, llenas de actividades excitantes, visitas culturales y demás.
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Otros planean escapadas cercanas para descansar y relajarse; y otros pensamos en cómo sobrellevar el calor en el trabajo y en cuándo podremos encontrar un rato para ir a la piscina.
Todos tenemos la experiencia de regresar de unas vacaciones más cansados de lo que nos fuimos, y también de haber visto frustradas nuestras expectativas.
Entonces, ¿qué es lo que nos hace descansar y “cargar las pilas” realmente?
Solemos pensar que romper con la rutina es la manera de desconectar realmente. De esta forma, salir de nuestra vida diaria, de la realidad y sus demandas, es la única forma posible de descanso. ¿Realmente es así?.
Quizá tenga más sentido vivir la vida de una manera en la que quepan el descanso, la satisfacción y la ilusión al tiempo que cumplimos con el trabajo o nos ocupamos de la familia.
Además, el buen descanso nos hace más productivos en nuestro trabajo, nos da tiempo para pensar, para cambiar y crecer. Su efecto, por lo tanto, no se queda entre el viaje de ida y el de vuelta.
Desde Psicología Clave queremos ofreceros algunos consejos para incorporar lo mejor de las vacaciones a nuestro día a día, y dedicamos este post a todos aquellos que tardarán en tener un par de semanas libres.
Escúchate
Si queremos saber qué nos hace falta para utilizar mejor nuestro tiempo libre, basta con prestar atención a las señales que el cuerpo nos envía. Tener sueño y estar aburrido no es la misma cosa, pero a veces, sobre todo cuando estamos muy cansados o estresados, nos cuesta distinguir entre ambas. Por eso, tomémonos un momento para planificar el descanso de la semana, de la misma forma que planificamos el trabajo. Si has estado trabajando hasta tarde durante varios días, despeja en la medida de lo posible las tardes de los siguientes, para que puedas ir decelerando poco a poco e irte a dormir más temprano. Si lo que necesitas es vencer el aburrimiento, organiza un pequeño plan para la tarde que se salga de lo que acostumbras a hacer.
Planifica para ser espontáneo
Puede parecer un contrasentido, pero organizar una parte del día para cumplir con las tareas, las compras y demás cosas pendientes que necesitan ser resueltas, te permitirá tener tiempo después para usarlo espontáneamente. Solemos añorar esta posibilidad durante el año y dejarla para las vacaciones, cuando podemos planificar durante la semana un finde interesante para pasar con los amigos o sorprender a la pareja.
Vive en el ahora
Hemos hablado de los beneficios de vivir el presente en post anteriores. La psicología tiene cada vez más presentes los beneficios de esta idea, que proviene de las tradiciones budistas y se concreta en nuevos conceptos como el Mindfulness.
El Mindfulness consiste en prestar atención a lo que sucede en el ahora, tanto a nivel mental como corporal. Nos permite atender a nuestros pensamientos simplemente dejando que sucedan, sin juzgarlos y sin detenernos en ellos.
Las terapias basadas en este concepto son eficaces para tratar la ansiedad, el estrés y la depresión. Apoyándonos en él podemos tener pequeños gestos que nos devuelvan al presente, como dedicar unos minutos a meditar o a prestar atención a nuestra respiración.
Si durante este tiempo detectamos que estamos tensos, podemos hacer algo para remediarlo, como dar un paseo, hacer algo de deporte o darnos una ducha larga.
También puede servirnos para comprender qué preocupaciones tenemos “de fondo”. Es un buen momento para aquietar la mente, lo que se traduce en descanso.
Gratifícate
Vale. Hay que quedarse aquí y hay que trabajar, pero nada nos impide cuidarnos, especialmente después de alguna semana compleja o de algún día particularmente difícil.
Si le hacemos espacio a lo que normalmente identificamos con calidad de vida, nos acercamos a la satisfacción, el bienestar y el reposo.
No hace falta gratificarse con cosas lujosas o complejas. Lo más sencillo y más accesible puede resultar lo más placentero. Para algunos puede ser tomar algún plato especial, escaparse a practicar nuestro deporte favorito, a una exposición.
En definitiva, acercarnos a las cosas que nos motivan y nos hacen sentir mejor equilibran la balanza del día y nos dejan la sensación de estar aprovechando el tiempo y disfrutando de él.
Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá
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