Las felices vacaciones son una pequeña prueba para cualquier pareja. Cuando se interrumpe la rutina y hacemos nuevos planes nos invade la ilusión. Después, nuestras expectativas tienen que vérselas con la realidad.
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A medida que vamos exprimiendo el verano aparece también el cansancio. ¿Quién no ha escuchado eso de que hacen falta vacaciones para recuperarse de las vacaciones?
Suele suceder que el el plannig vacacional nos olvidamos de incluir un tiempo relajado para nosotros mismos. Queremos compartir nuestro tiempo libre, está claro, pero ¿qué hay de nuestro propio aire?
Muchas veces esta simple pregunta puede ocasionar un conflicto en la pareja. Hay personas que se asustan cuando el otro les pide soledad, o cuando buscan divertirse y hacer nuevas cosas con sus propios amigos. Aparece la inseguridad y el temor, se preguntan si estarán buscando fuera lo que no consiguen junto a ellos… Puede ser un tema delicado y hacerles sentir vulnerables, aunque no haya nada de malo en reivindicar la independencia. Realmente, estamos hablando de nuestro bienestar mental y no deberíamos descuidar eso.
El tiempo fuera de la pareja la enriquece, aporta nuevos temas de conversación, la oportunidad de liberar presión y volver a ella con nuevas perspectivas. Entonces, ¿qué nos lleva a sufrir cuando sucede?
Inseguridad
Si no sentimos en nuestro interior que nuestra pareja tiene una relación exclusiva con nosotros debemos plantearnos qué está sucediendo. Quizá sea verdad y la necesidad de sentirnos próximos al otro no esté siendo satisfecha.
También podríamos tener expectativas dañinas sobre nuestra relación: considerar que si nos quieren han de estar siempre con nosotros, que no deben entrar en nuestro espacio y atención otras personas. Haz análisis para saber ante qué te encuentras. Si se trata del segundo caso, puedes replantearte esas ideas, averiguar de dónde vienen. No dudes en acudir a un profesional, ya que están para ayudarte.
Temor
El miedo al abandono, al que el otro disfrute más con otros que con nuestra compañía y sentimientos por el estilo pueden hacer aparición. En alguna medida, todas las parejas pasan por situaciones similares, especialmente cuando son jóvenes. Merece la pena regular estas ideas, manejarlas y controlarlas para que no suframos con ellas. Por otra parte, si es que nuestras alarmas están saltando por motivos legítimos, debemos plantearnos si nuestra pareja nos da seguridad o no.
No sé qué hacer conmigo mismo
Disfrutar de la propia compañía no es algo que le resulte fácil a todo el mundo. Algunos necesitan incluso tener la televisión siempre encendida o dormir con alguien. Otros, simplemente no saben cómo entretenerse. Si te sientes identificado ¿por qué no le das una oportunidad a la soledad y a ti mismo? Empieza por un fin de semana y dedícate un tiempo. Conócete. Prueba cosas nuevas.
Recordad que todo son oportunidades y que la verdadera libertad consiste en poder disfrutar con y sin nuestra pareja, aunque esta sea siempre el sitio al que volver.
Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá.
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