Por Vanessa Pragasam
Paisajes que quitan la respiración, atardeceres que maravillan y una naturaleza salvaje en su majestuosidad más silvestre, así se abren las puertas de uno de los destinos más fascinantes del continente africano.
Situado en el extremo sur de África, Sudáfrica cuenta con 3.000 kilómetros de litoral bañados por los océanos Índico y Atlántico; linda en el norte con Namibia, Botswana, Zimbabwe y Mozambique; tiene enclavados dos países independientes en su interior: Lesotho y Swazilandia y, sigue conservando dos tribus, los “zulúes”, que viven en la región de Zululandia y los “San” o bosquimanos que casi han desaparecido aunque una pequeña comunidad vive en tierras del Kgalagadi Transfrontier Park que les fueron cedidas en 1997.
Sudáfrica es el país más desarrollado de África pero, sobre todo, es un mundo en un solo país. Sus imponentes paisajes, su exótica fauna, sus más de 20.000 plantas diferentes, sus excelentes playas y su diversidad de culturas, idiomas y religiones lo convierten en un destino de lo más atractivo. Gracias a esa riqueza geográfica ofrece un abanico de actividades y experiencias sorprendentes en un único viaje, capaz de satisfacer todos los gustos.
Nos adentramos en un apasionante viaje de 13 días en los que iremos de safari al Parque Kruger, viviremos el dinamismo de Ciudad del Cabo, disfrutaremos de una sorprendente ruta enológica por los viñedos de la región y recorreremos la Ruta Jardín. ¿Qué más se puede pedir?.
Día 1 – 4:
Cogemos un vuelo nocturno con Iberia directo a Johannesburgo aterrizando en el aeropuerto Oliver Tambo a las 10:30.
A las 13:20 sale nuestro vuelo a Skukuza… Un vuelo que dura menos de una hora a nuestra primera parada en Sudáfrica: El Parque Kruger!!. Allí nos recogen para trasladarnos a Nottens Bush Camp.
Cuando se visita Sudáfrica, es casi obligatorio visitar una de sus reservas naturales más antiguas, extensa y famosa: el Parque nacional Kruger. Con una superficie de más de 2 millones de hectáreas, es un impresionante refugio de vida salvaje con una increíble diversidad de animales, principalmente los “Big five”. La posibilidad de ver a los “5 grandes” hace que sea uno de los parques más visitados, obligándote a preparar el viaje con mucha antelación a la hora de reservar vuelos y alojamiento.
Para llegar al parque Kruger es posible volar desde Johannesburgo al aeropuerto de Hoedspruit o Nelspruit de forma diaria. Si lo hacéis desde Ciudad del Cabo, los vuelos son diarios hacia/desde Nelspruit y 3 veces por semana hacia/desde Hoedspruit. El aeropuerto de Skukuza, que es al que nosotros volamos, es para aquellos que visitan la zona de la Reserva Sabi Sand y lodges dentro del mismo parque.
Es importante saber cómo se divide el parque a la hora de elegir alojamiento y qué tipo de safari se quiere hacer. La mayor parte de superficie del Parque Kruger es de propiedad y gestión públicas, pero también hay zonas que funcionan como reservas privadas. En las zonas públicas puedes realizar el safari conduciendo tú mismo o contratando un safari pero está prohibido salirse de los caminos, suele haber saturación de vehículos, se ven muchos menos animales y hay que volver al campamento antes del atardecer. El alojamiento en estas zonas suele resultar más económico por ser de una categoría inferior e incluir una estancia básica (cama y desayuno). Esta es la opción más barata.
Las reservas privadas son antiguas fincas de caza y se encuentran al suroeste del parque, en las áreas conocidas como Timbavati, Klaserie, Thornybush, Manyeleti, Mala Mala, Sabi Sabi y Sabi Sand. No están valladas ni separadas de la pública con lo cual permiten que los animales se muevan con total libertad delimitando el acceso a los visitantes. Cuentan con lodges y hoteles de más calidad y servicios, principalmente de 4 y 5 estrellas que incluyen: la entrada al parque, pensión completa y dos “game drive” o safaris diarios en vehículos 4×4 con rastreadores profesionales. Al tener permiso para salirse de los caminos es más fácil encontrar animales con menos esfuerzo, sobre todo si queremos ver los Big 5.
La mayoría de los lodges ofrecen una experiencia de lujo y exclusividad en el corazón de la sabana, solo tienes que escoger en cuál quieres alojarte. ¿el único inconveniente?, el precio, que varía bastante entre ellos e incluso por temporada. Como con la mayoría de las cosas en la vida, en un safari se obtiene lo que se paga y las memorias que te llevas haciendo uno bueno, no tienen precio.
A nosotros nos organizó la búsqueda del lodge Andy Saidy de Sabi Sands Lodges (+27606191220) y no fue tarea fácil aún reservando con 8 meses de antelación. La mayoría tiene 8 o 10 habitaciones a lo sumo y se llenan muy rápido. Andy se encargó de reservarnos el alojamiento, organizarnos la recogida en el aeropuerto y el regreso a Johannesburgo a través de la Ruta Panorama y acertó en todo!!.
El alojamiento elegido fue Nottens Bush Camp, un lodge pequeño e íntimo dirigido por la familia Notten y situado en la reserva privada Sabi Sand. Cuenta sólo con ocho chalets con balcón privado que se iluminan con lámparas de queroseno y velas sustituyendo a la luz eléctrica, proporcionando un ambiente natural pero, sobre todo, romántico. Aquí disfrutaremos los próximos 3 días y de 6 game drives.
Llegamos a las 15:00 y a las 15:45 ya estábamos subidos en el 4×4, con la cámara en mano lista para disparar… Empezamos a disfrutar de la magia de África y de nuestro primer safari!!. Los primeros que se cruzaron por nuestro camino fueron los impalas, la especie con mayor población del parque, más de 100.000. Los hay por todos lados. El primer día al verlos, te emocionas, pero según vas viendo al resto de animales de la sabana, estos pasan desapercibidos. Son conocidos como los “bush Mc Donalds” (el Mc Donalds del campo) al ser la dieta perfecta para cualquier depredador africano: leones, leopardos, chacales, como también por la M (logo de la marca americana) en su parte trasera.
Empezamos a ser testigos de uno de los mayores despliegues de fauna salvaje que hemos podido ver y sentir en nuestra vida, uno a uno empezaban a entrar en escena… Probablemente no haya animal más esbelto y elegante que la jirafa pero, sobre todo, curioso. ¿Sabías que es el único animal mudo del planeta?. Pues si, se comunican a través de sonidos inaudibles para nuestro oído, infrasonidos; cebras, a mi parecer uno de los animales más fotogénicos del mundo; hienas, que aunque tienen fama de carroñeras saben cazar muy bien al tener la mandíbula más fuerte de la selva, superando incluso a la de los leones; jabalíes, seguro que a todos os viene a la cabeza la imagen de Pumba, el personaje más gracioso del “Rey León” y, los ñus, con una presencia muy numerosa en el parque y muy vulnerables a los ataques de los carnívoros. Todos ellos son, además de los Big Five, miembros de honor del parque.
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Qué te encontrarás en el Kruger
Cuando haces un safari sueles marcarte un objetivo, poder observar y fotografiar a los habitantes más anhelados del parque, los cinco grandes, llamados así no por su tamaño sino por la dificultad y peligro que tiene rastrearlos y cazarlos a pie. Estos son el Elefante, el Rinoceronte, el Búfalo, el León y el esquivo Leopardo. En el Kruger no falta ninguno de ellos, unos más fáciles de ver que otros pero, con un poco de paciencia, se logran ver los 5.
El primero que vimos fue el rinoceronte, el más imponente y, a la vez, el más vulnerable, ya que su cuerno es muy deseado por cazadores furtivos para saciar estúpidas creencias orientales.
Hay pocos animales que representen toda la fuerza y belleza de la sabana africana y ese es el león, el “rey de la selva” y mi animal preferido. Verlos en el Kruger es relativamente sencillo. Nosotros no llegamos a ver ningún macho pero las escenas más impresionantes e inolvidables que vivimos en el parque fueron protagonizadas por leonas.
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De todos los animales que encontramos en el Kruger no hay ninguno más fuerte que el elefante, considerado el mamífero terrestre más grande y pesado del planeta. Para él no hay más rival que el ser humano que trafica con marfil. Yo pude disfrutar de ellos en Tailandia y se diferencian de los africanos en tamaño, al ser estos más pequeños y sus orejas mucho más grandes.
El búfalo del cabo es, de los cinco grandes, el más fácil de ver en el parque y el más temido por los cazadores y nativos al ser un bovino peligroso y de muy mal carácter cuando está herido. En Sudáfrica, los animales salvajes son propiedad de las fincas y considerados como “activos financieros” pudiendo ser vendidos a cazadores o a otras fincas. En 2012 se vendió un ejemplar de búfalo por 2,6 millones de dólares al tener unos cuernos de 130 cm, muy difíciles de encontrar (lo normal es 1 metro).
Le toca el turno al quinto y último grande, el leopardo, el animal que “dicen” es más difícil de ver, aunque nosotros pudimos disfrutar de él durante los 3 días que estuvimos en el parque. Elegante donde los haya, este fiero depredador nocturno te cautiva con sus ojos y asombra con su velocidad y su agilidad. Acostumbra a pasar gran parte de su vida en las ramas de los árboles donde lleva a sus presas y así las mantiene fuera del alcance de carroñeros, como las hienas.
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Aquí termina nuestro viaje a la naturaleza más auténtica: tres días y 6 game drive, a las 5:00 y a las 15:30, de 4 horas de duración cada uno; con unos exploradores que se conocen al dedillo el terreno y a los animales que lo habitan; en un lugar que te regala, además de una gran diversidad de vida salvaje, la posibilidad de disfrutar de amaneceres espectaculares y atardeceres de tonos dramáticos. Cada salida es distinta, un lugar distinto y una historia irrepetible y, la fascinación de ver de cerca un gran animal salvaje en su propio hábitat, hace que no se pierda la emoción en ningún momento llenando tu viaje de anécdotas con huella.
Cualquier amante de la naturaleza ha soñado alguna vez con realizar un safari en África, con conocer en primera persona aquello que sólo ha visto en los documentales. Puede que no esté al alcance de todos los bolsillos pero es una de las experiencias más alucinantes que pueda vivir un viajero. Aquí es donde la palabra safari, “viaje” en swahili, cobra todo su sentido.
Siguiente destino: Ciudad del Cabo
Sudáfrica: Qué ver y dónde alojarte en Ciudad del Cabo
Resto del viaje:
Sudáfrica: Table Mountain y Península del Cabo
Sudáfrica: Stellenbosch y la Ruta de los viñedos
Sudáfrica: Hermanus, Gansbaai y Cabo de las Agujas
Sudáfrica: La ruta jardín Mosselbaai, Knysna y Storms River
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