Tras una separación o divorcio, rehacer nuestras vidas y/o comenzar con una nueva relación de pareja puede parecer complicado y más complicado aún si tenemos hijos y hay que comunicárselo.
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Tener una buena relación con ellos, puede facilitar la comunicación de esta noticia, pero hay otros factores que hay que tener presentes: ¿debo pedir permiso? ¿Qué momento es el más adecuado? Hoy os damos algunas claves para afrontar esta situación.
- LAS PRISAS NO SON BUENAS CONSEJERAS. Entendemos que las sensaciones tan intensas que surgen al comienzo de una nueva relación de pareja, nos impulsan a querer compartir con los nuestros esta historia. Pero cuando hay hijos de relaciones pasadas de por medio, debemos ir con cuidado y evitar las brusquedades. Es decir, plantéate comunicar esta noticia a tu hijo en un momento en el que estés seguro de que tu relación empieza a ser estable y con tu nueva pareja ves un futuro en común y por supuesto cuando estés seguro/a de que tu hijo ha asimilado la separación anterior con su madre o padre biológico. Señales como que en la relación no hay nada impuesto y forzado, que no está afectando a tu autoestima, que no hay temor a la hora de hablar de futuro, que te presenta a sus amigos como su novia/o, etc. todo ello son indicadores para saber que la relación va por buen puerto. Aprovecha citas y escapadas a solas cuando el niño este con su padre o madre, para afianzar la relación y conoceros mejor.
- DOSIFICA LOS ENCUENTROS ENTRE TUS HIJOS Y TU NUEVA PAREJA: En el caso de bebes y niños más pequeños, estos son menos vulnerables a este tipo de cambios en la familia, pero cuando ya tienen conciencia de lo que ocurre y sobre todo en la adolescencia, la presencia de una nueva figura materna o paterna puede resultar amenazante para el menor. No pretendas que se lleven bien desde un principio; empieza en casa nombrando a tu nuevo “amigo”, lo bien que te trate y cómo se preocupa por ti. Posteriormente organiza encuentros breves y en lugares neutros, preferiblemente en lugares donde tus hijos se sientan agusto y tranquilos, para que en un futuro asocien la presentación con diversión.
- DI LA VERDAD EN TODO MOMENTO: Responde con naturalidad y normalidad a todas las dudas que le puedan surgir en relación a tu nueva pareja. Las preguntas más comunes que hacen los más pequeños son: ¿ya no voy a ver a mi papa/mama? ¿también le tengo que llamar papa/mama? Ante este tipo de preguntas es importante que diferenciéis entre el rol de padres y el rol de pareja de mama o papa. Sobre todo recalca que aunque la nueva pareja te hace feliz, ellos siguen siendo lo más valioso e importante en tu vida.
- EN RELACIÓN AL CONTACTO FÍSICO: Al principio y delante de tus hijos, procura limitarlo, al igual que las noches en que tu pareja se pueda quedar en tu casa a dormir. Acuérdate que ellos veían como te besabas, abrazabas y dormías con su padre biológico, por lo que verte hacerlo con otra persona diferente puede ser incómodo y estresante para ellos. Por tanto asegúrate de que tu hijo se siente cómodo ante la presencia de tu nueva pareja para hacer esta transición de la forma más fácil y sencilla para ellos.
- NO PINTES HIJOS MODELOS: No solo temerás la reacción de tus hijos hacia tu nueva pareja, también la de él o ella hacia tus hijos, ¿le gustarán mis hijos? ¿les llegará a coger cariño? Ante este temor, muchas veces tendemos a pintar hijos modelos, lo educadísimos y correctos que son, los pocos disgustos que te han dado…. Recuerda que tu hijo es tal y como es y le quieres así, por tanto tu nueva pareja deberá hacer lo mismo. Los niños hacen cosas de niños, habrá momentos mejores y peores, pero debemos aceptarlos tal y como son y mostrárselo a ellos.
A modo de conclusión breve y rápida, el quid de la cuestión está en vivir estos cambios de la forma más gradual posible.
PSICOLOGÍA CLAVE: Elena Sánchez- Porro Frías (CL-03770) e Irene Albert Cebriá (CL- 03674).
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