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Tejas Verdes, un caserón con mucho encanto

Tejas Verdes, un caserón con mucho encanto

Tejas Verdes, son aquellas tejas que se tornan verdes y musgosas después de una temporada de lluvias. Eso es lo que le pasó a la familia Mayoral San Sebastián mientras construían un elegante caserón castellano con tejados de teja antigua a dos aguas y, que les vino como anillo al dedo a la hora de escojer el nombre para su restaurante. 

Tejas-verdes-entrada

Esta familia, oriunda del País Vasco, tiene una larga tradición viajera en países de Europa y Sudamérica. Álvaro y Millán, son la tercera generación que gestiona un negocio que comenzó en la primavera de 1964. Un negocio situado en una finca del núcleo urbano de San Sebastían de los Reyes, donde prima una cocina de corte castellano-vasco basada en una materia prima de primera calidad y en los productos de temporada. 

En los meses invernales se come al calor de sus chimeneas en su salón de techos altos en madera decorado con auténticas cerámicas de Talavera y Puente del Arzobispo y, cuando llega la primavera, Tejas Verdes abre su señorial porche con la terraza ajardinada más amplia de toda la zona Norte de Madrid.

Empiezamos nuestra experiencia gastronómica con un jamón de bellota de la Dehesa de Extremadura, unos “rollitos de cecina con foie, huevo hilado y crema de membrillo”, una mezcla de sabores de lo más particular y, como no podía ser de otra forma para una apasionada de las alcachofas, las degustamos con almejas… Estaban espectaculares.

jamon Tejas Verdes

Aquí el protagonista es el producto y el recetario tradicional por eso quisieron deleitarnos con un increíble rodaballo y un chuletón con su guarnición, poco hecho, que estaba realmente sabroso.

Merece la pena dejarse un hueco para el postre que son caseros como la “leche frita con helado de Leche merengada“, “Tarta Tatin de manzana”, “trufas” o el “arroz con leche con costra quemada” elaborada como se hacía antes.

Tejas verdes es un lugar diseñado siguiendo la tradicional construcción castellana en el cual, desde que atraviesas sus puertas, observas que cada rincón guarda su propio encanto y tiene su propia historia… Un lugar en el que el tiempo se para y no quieres más que disfrutar de su ambiente familiar y su cocina.

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