La felicidad que llega a una pareja que había planeado ser padres y formar una familia se ve truncada cuando por una causa u otra pierde a ese bebé tan deseado.
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Enfermedades más comunes en recién nacidos
Cuando la expectativa de que el embarazo será bueno y va a llegar a buen término se interrumpe de forma inesperada se da una situación muy dolorosa, llena de sentimientos de tristeza, rabia, frustración, especialmente cuando el embarazo había avanzado más allá del primer trimestre.
También nos encontramos con que a menudo la culpa está presente y, en ocasiones, algunas mujeres sufren por ideas del tipo “no se es una mujer completa si no se puede cumplir con el rol de madre”.
A pesar de ser una situación frecuente, el duelo por la pérdida de un bebé es una realidad tabú, poco reconocida, y una situación que realmente no sabemos cómo manejar.La primera gran pregunta que se hace la pareja con la sensación de que el dolor no va a desaparecer es: ¿de esto se sale?. La verdad es que sí se sale, sobre todo si se atraviesa el dolor con una buena elaboración del duelo.
Desde el apoyo psicológico por parte de profesionales la idea es acompañar a la mujer o a la pareja justamente mientras comienzan el proceso de duelo, primero con el registro de esa pérdida, con el “darse cuenta”, ya que, inicialmente se da un periodo de aturdimiento y falta de crédito.
Una segunda fase sería la aceptación de lo ocurrido, donde aparece el enfado con los médicos, con la religión, con la vida en general, a la vez que se mezcla con manifestaciones nostálgicas, disminución de la autoestima… Ese enfado tiene que dar lugar a la posibilidad de aceptar que efectivamente ha pasado y alejarnos poco a poco de la pregunta ¿por qué a mí? para empezar después a transitar lo que es el dolor (reorganización de la situación, tercera fase). Lo complicado sucede cuando los miembros de la pareja intentan no registrar el duelo, haciendo como si nada hubiera ocurrido, pudiendo derivar esto en duelos patológicos no resueltos que complican el continuar de una vida psicológicamente saludable.
A veces, lidiar con el sentimiento de culpa y las preguntas incesantes como “¿qué hubiera pasado si yo no hubiera hecho tal cosa?” se convierte en algo muy agobiante que nos deja sin fuerzas.
El entorno, amigos y familia juegan un papel importante. ¿Cómo pueden ayudar?. Simplemente poniéndose a disposición de lo que los otros necesitan, preguntando ¿qué necesitas?. No es algo concreto: para unos es hablar, para otros estar acompañados y en silencio. La presencia del entorno más íntimo es fundamental, ya que es frecuente que en parejas que no tienen hijos haya una tendencia a aislarse, a no querer incluirse en el contexto social, sobre todo en edades fértiles cuando quienes les rodean tienen hijos pequeños o están “embarazados”. Nosotras recomendamos que la pareja se dé el lujo de poner condiciones del tipo: “puedo ir, me encantaría salir con vosotros, pero necesito que en este momento no me pregunten por lo ocurrido y no habláramos solo de paternidad, puesto que sigue siendo algo doloroso para mi”.
Muchas veces con la mejor intención de ayudar, las parejas que pierden un bebé reciben comentarios del tipo: “es normal que ocurra en primerizas”, “aún eres joven para tener más hijos”, “tienes que sacar fuerzas”. Ante estos comentarios, pueden sentirse no comprendidos, no autorizados para elaborar el duelo y tener la sensación de no recibir apoyo social, porque estas parejas no olvidan lo ocurrido. Muchos sentirán que es parte del proceso normal. Otros que han perdido la oportunidad de ser padres y, en muchos casos por primera vez (más doloroso si cabe), han perdido la seguridad de otros futuros hijos, el derecho a mencionar a ese hijo, la composición familiar como imaginaban, etc., no solo son pérdidas sino también factores que funcionan como estresores.
A pesar de que la muerte y el duelo sean temas difíciles de comentar en general y tratemos de apartarlos, es cierto que cuando se habla abiertamente, se reduce el malestar o al menos no aumenta el dolor que se experimenta. Por tanto una pareja que ha perdido recientemente él bebé que esperaba, sobrellevará un poco mejor este proceso si está orientada y apoyada por psicólogos, matronas o ginecólogos especializados en duelo perinatal.
PSICOLOGIA CLAVE: Elena Sánchez-Porro e Irene Albert
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