Tamara Falcó muestra su nuevo y “renovado” anillo de compromiso: “Yo con estos diamantes me conformo”.
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Tamara Falcó se lleva a su suegra para el diseño de su vestido de novia
¿Por qué no lleva Tamara Falcó el nuevo anillo de compromiso?
Este jueves, en su visita semanal a la mesa de actualidad de ‘El Hormiguero’, Tamara Falcó ha acabado con las especulaciones mostrando su nuevo y “renovado” anillo de compromiso que le ha regalado Íñigo Onieva. Nada más comenzar la tertulia, Pablo Motos le pedía a la marquesa de Griñón que enseñara este segundo anillo y Tamara obedecía de lo más contenta. “Ya ha llegado por fin”, decía nerviosa.
“¿Puede ser que sea más gordo?”, le preguntaba Trancas desatando las risas entre los tertulianos y el público. “Va subiendo la apuesta”, continuaban las hormigas y Tamara, recurriendo a la ironía respondía: “No. Deja, deja. Vamos a dejarlo aquí. Yo con estos diamantes me conformo“.
Hace unos días, Tamara explicaba cómo había sido la segunda pedida de mano de su pareja, Íñigo Onieva, tras su reconciliación: “Estábamos en el Polo Norte y me sorprendió. Todo ha ido bastante rápido pero estamos muy contentos los dos. Me caso con el hombre al que quiero, así que contenta”, decía. Sin embargo, hasta ahora no ha llevado el anillo porque tenían que hacerle unos arreglos ya que le quedaba “un poco grande”. “¿No es el mismo de la otra vez?”, le preguntaba su compañera Nuria Roca. A lo que la hija de Isabel Preysler explicaba que “Íñigo ha cambiado las piedras, pesaba más y necesitaba que me lo ajustaran un poco. En un par de semanas, estará”…“Él dice que es una versión mejorada”.
Sobre su vestido de novia: “Mi madre no lo ha entendido”
Además, la marquesa de Griñón ha hablado de los preparativos de su boda, que finalmente celebrará el 8 de julio en la capilla de su finca El Rincón. “Me despierto pensando en la boda, me acuesto pensando en la boda”, ha confesado. Y ha asegurado que no es la única: “La verdad es que Íñigo también, está muy involucrado”.
Y, muy ilusionada, habló de su vestido de novia, del que se probó la primera prueba por primera vez, este miércoles, en el taller en Bilbao de la firma española Sophie et Voilà, encargada de diseñarlo. Y el resultado es: “Mejor de lo que me imaginaba”.
“No es un vestido que todo el mundo vaya a entender, pero es un vestido que a mí me encanta. Es como mi anillo, que no es lo más normal del mundo y me tuve que pelear bastante”, avanzaba de forma enigmática. Su compañero Juan de Val le quitaba hierro al asunto y le decía que “quien no lo entienda es porque es ignorante”. A lo que Tamara, entre risas, discrepaba. Y es que Isabel Preysler no ha entendido muy bien la esencia del vestido: “No no, mi madre y mi hermana no lo han entendido…”.
“No es un vestido que todo el mundo vaya a entender”
La marquesa lleva enamorada de ese diseño desde que vio por primera vez: “Vi ese vestido, que no es el mismo pero sí inspiración, y le dije a mi hermana ‘Ana, te tienes que casar con él’ y ella me dijo que no se casaba con eso. Luego, pensando ideas lo volví a ver. ¡Lo había olvidado!“.
Al recordarlo de nuevo, se puso en contacto con el equipo de Sophie et Voilà para hacer real esa idea que estaba tenía en mente. Y ya se ha podido probar ‘la toile’, un boceto del diseño en una tela de saco o crudo, que no es la definitiva de la que confeccionará el vestido: “No es la tela definitiva, porque sería un mal gasto pero sobre esto hacen el vestido“, le explicaba a sus compañeros. “La moda es una forma de expresión y para mi hermana ese vestido no era su vestido, es mi vestido (…) Es diferente al que vi y lo han mejorado. Todo el que lo ha visto dice ‘han conseguido hacer un vestido que eres tú”.
También avanzó otros detalles de su próximo enlace, como la empresa de la lista de bodas, A-Típica, pero sin avanzar otros como si habrá baile o tendrá un grupo de música en directo.
Finalmente sí ha querido compartir el nombre del chef encargado del menú: Eneko Atxa. De hecho durante su viaje a Bilbao, pudimos comprobar cómo Tamara, Íñigo y su suegra, Carolina Molas, se acercaron hasta el restaurante Azurmendi, antes de la prueba del vestido, para disfrutar del restaurante más sostenible según la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo de 2018 y que cuenta con tres estrellas Michelin.
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