La Marquesa de Griñón ha presentado su última colección en la Semana de la Moda de Madrid sin la presencia de su marido.
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La romántica escapada a Barcelona de Tamara Falcó e Íñigo Onieva para demostrar que no hay crisis
Tamara Falcó e Íñigo Onieva ¿quién dijo crisis?
Sin la presencia de su marido, la hija de Isabel Preysler, ha generado un gran revuelo al hacer su aparición en la jornada inaugural de esta edición de la Semana de la Moda de Madrid. Acompañada por una multitud de reporteros y fotógrafos, Tamara se detuvo brevemente para hablar con la prensa antes del desfile de su colección. Entre los numerosos temas abordados, uno de los más comentados fue su situación sentimental actual, especialmente en medio de los rumores sobre la supuesta crisis que estaría atravesando con su pareja. Tamara Falcó también habló de su futura maternidad. La vida en común de la pareja ha sido objeto de mucha especulación en los últimos días.
¿Quién dijo crisis?
Tamara ha sido contundente al negar rotundamente cualquier crisis y ha revelado que Íñigo la invitó a una cena romántica en pareja el día de San Valentín. Ante las preguntas de los periodistas, descartó la idea de que no compartan vida en común y de que pase más tiempo en el hogar familiar de Isabel Preysler que en su lujoso ático.
Tamara Falcó habla de la maternidad
En la entrevista, Tamara abordó su deseo de ser madre junto a Onieva, con quien se casó en julio pasado. Reveló que continúa visitando un centro de fertilidad y explicó que se trata de un tratamiento natural que requiere tiempo. Aclaró que no se trata de fecundación in vitro, sino de un estudio del cuerpo de la mujer, que es más complejo que el del hombre. Asimismo, enfatizó que no se han fijado ningún plazo específico en este proceso.
También habló de la fecundación in vitro. “Cada caso es particular y yo lo hablo con mi director espiritual. Lo que pasa es que, dentro de la fecundación in vitro, al principio se hicieron muchas barbaridades. No en España, pero sí fuera. Muchos de los embriones fecundados se congelaban y se utilizaban para experimentar. Hace poco me contaron que había un movimiento para adoptar embriones fecundados que no se utilizaron. Me parece muy bonito“.
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