Por Vanessa Pragasam
Experimentar la gastronomía de un país requiere de curiosidad, tiempo y un poco de valentía. Cada cultura tiene sus costumbres y, a veces, pueden llegar a parecer extrañas, pero con un poco de determinación y una mente bien abierta, podemos llegar a descubrir platos exquisitos propios de lugares lejanos.
Siendo una apasionada de la comida asiática como soy (me viene de casta), cuando oí hablar de un restaurante “chino”, donde la creatividad del cocinero es igual a la originalidad de sus platos, no pude esperar a contárselo a mi amigo Fernando, a quien le gusta el buen comer tanto como a mí. Dos días tardamos en ir a conocerlo y porque hubo una cancelación, si no, hubiera sido casi imposible encontrar mesa tan pronto… El secreto ha corrido como la pólvora.
Situado en la Plaza de los Mostenses 4, en la primera planta, del que a simple vista parece la típica tasca de barrio con sus máquinas tragaperras y, donde no hay que guiarse por las primeras impresiones, Soy Kitchen, te abre las puertas a un mundo secreto, donde se cocina la comida asiática más auténtica, genuina y deliciosa de todo Madrid.
Siete mesas y, lleno hasta la bandera… Muchos de los clientes se ve que son repetidores, por su familiaridad con Jongping Zhang, el “cocinero” chino al que todos llaman Julio: pekinés de nacimiento, formado en Hong Kong y casi 10 años en nuestro país, muchos de ellos en Pamplona, donde en 2008, ganó el premio al mejor pintxo.
En un español chapurreado, nos explica que no tienen menú, que sus recetas cambian cada día dependiendo de lo que encuentre fresco en el mercado de enfrente y, nos pregunta si hay algún ingrediente que no nos guste o qué nivel de picante toleramos… A partir de ahí, empieza nuestra aventura gastronómica, una sucesión de platos a cada cual mejor: “Fideos chinos con calamar, buey, algas japonesas, nabo, salsa de cacahuete con 4 sojas y un toque de picante” y “rollitos de arroz rellenos de langostino”. Sabores ácidos y dulces mezclados con texturas suaves y crujientes… ¡¡realmente espectacular!!.
Al decirle que no puedo comer ostras, Julio nos deleita con unas “vieiras con crema de huevo y tirabeque sobre pan”. La presentación del plato me dejó boquiabierta… ¡¡¡Y sólo en 5 minutos!!!.
Uno de sus platos estrella parece ser el “dim- sum de pato y nueces con bogavante”, así que no nos podíamos ir sin probarlo. La simbiosis entre los aromas y sabores de los ingredientes locales fusionados con las salsas orientales, es un verdadero espectáculo para el paladar.
Julio elabora platos con mucha personalidad y originalidad, inspirados en los sabores de Japón, China, Tailandia, Vietnam, Corea y Malasia. Al decirle que soy medio malasia se emociona y nos pregunta si tenemos hueco para un plato más que nos va a sorprender y, claro, ¡¡cómo negarse ante semejante proposición!!.
Desaparece entre los fogones y reaparece con una bandeja con ingredientes de lo más dispares… No podíamos imaginarnos que de ahí saldría un plato tan exquisito: “lubina con berenjena, espinacas, tomate y mango con salsa de curry y cacahuete rociado con licor de malibú”, mezclados en una olla incandescente para acabar de cocinarse en la mesa delante del comensal… ¡¡Sin palabras!!.
Soy Kitchen es un viaje por diferentes culturas asiáticas sin necesidad de moverse del restaurante, un lugar donde sólo se va cuando realmente lo que se busca es comer.
La imaginación, las tendencias, la pericia o, simplemente, el gusto, pueden dar como resultado platos llenos de contrastes… Mezclas poco comunes, uniones atrevidas que no hacen sino más divertido cocinar y sobre todo, comer. Las creaciones de Julio son auténticas joyas, una excelente cocina de fusión con ideas propias… Atreverse con ellas, es casi un éxito garantizado.
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