-¿Criando a nuestros hijos como lo hicieron nuestros padres?-
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¿Te acuerdas de que hasta hace no mucho, o por lo menos mientras aún no tenías hijos, te prometiste no decir esa frase que tanto repetía tu madre o no ser tan insistente para que le dieras una y otra y más explicaciones? Te pasaste la niñez y adolescencia criticando cómo te educaban tus padres, y grabándote a fuego en la mente que jamás cometerías los mismos errores con tus hijos.
Resulta que ya tienes hijos y de repente te ves repitiendo esas frases que tanto marcaron tu vida y pensabas que nunca dirías: “cuando seas padre comerás huevos”, “porque lo digo yo y punto”, “si te gusta bien y si no también”, “calladita estás más guapa”. Y Alguna que otra vez a estas expresiones le acompaña una zapatilla voladora.
LO QUE OCURRE ES NORMAL Y LÓGICO
¡Socorro, soy una copia exacta de mi madre! – Esto mismo piensas cuando te pillas a ti misma discutiendo con tus hijos con ese tonito de rin tintín que tanto te sacaba de quicio. ¿Cuántas veces lo has criticado? ¿Muchas, verdad? Esto es el potente efecto del aprendizaje por modelado. Es decir, la única manera que conocemos sobre cómo ser padres y madres es a través de la que hemos mamado, el modelo con el que hemos convivido diariamente, viendo y observando a nuestros padres. Por tanto es de lo más normal y lógico que nosotros acabemos aplicando el mismo guión y copiando las conductas que vimos.
PREGÚNTATE, ¿QUIERO SER CÓMO MIS PADRES?
Detenernos a culpabilizar la conducta de nuestros padres no servirá de nada aunque este influya en nuestro comportamiento. Nuestra educación fue su tarea, pero ahora la educación de nuestros hijos está en nuestras manos. Te estarás dando cuenta de que responder a esta pregunta no es fácil, porque no es decir sí o no, seguro que un mix entre ambas respuestas será lo adecuado. Lo más seguro es que nuestros padres hicieran cosas estupendas por nosotros y otras no tan adecuadas que fueron aquellas que, probablemente recordemos con rabia o injusticia. Pero como desde aquí no queremos culpabilizar ni justificar, solo comprender, es posible que nuestros padres ejercieran de acuerdo a una presión social, una época de autoritarismo, sobreprotección y que fueran padres cómo supieron y conocían y por eso les seguimos queriendo. Adoptar esta idea nos libera algo más y nos permite naturalizar los errores y problemas que tuvieron nuestros padres con nosotros, facilitando la creación de nuestro propio modelo.
CREA TU PROPIO MODELO DE EDUCACIÓN
Adopta una actitud autocrítica y de cambio. Intenta entenderte a ti mismo analizando por qué has reaccionado así con tu hijo (como comentábamos en los primeros párrafos) y una vez realizada esa conducta te enfadas por haberla hecho cuando va en contra de tus ideales o eso creías. Este análisis te hará consciente de cómo en nuestros actos quedan reflejados las conductas de quienes nos educaron. Esta toma de consciencia nos facilitará conocer los comportamientos que no queremos repetir, trabajarlos y, si es posible, eliminarlos. Esto no será tarea sencilla, porque es probable que haya momentos que grites a tus hijos, te desesperes por cosas triviales, pero al final el fallar es necesario para aprender y ser mejores, ya que es lo que nos mantiene en contacto con la realidad y nos permite redirigir nuestro comportamiento. Es importante que seamos constantes y actuemos con temple, pues en momentos de tensión saldrán conductas automáticas sin querer de las que luego nos arrepintamos.
Es posible que muchos de vosotros os hayáis educado bajo un patrón autoritario donde la comunicación era casi inexistente, había pocas manifestaciones de cariño o vuestras opiniones simplemente no eran tenidas en cuenta. Eso os pareció tan injusto que decidisteis ser todo lo opuesto con vuestros hijos, ser más permisivos: comprarle todo lo que quiere para paliar carencias materiales, se les exige poco en el cumplimiento de normas, se les da de forma descontrolada grandes dosis de cariño. Sin embargo, vemos con el tiempo de forma sutil, que todo esto se va volviendo en nuestra contra: el niño carece de autocontrol, es muy entusiasta pero a la vez no controla sus impulsos, etc. Como vemos se trata de un problema de medida, el lado opuesto. Por tanto tratad de trabajar en un estilo más central donde vuestros comportamientos sean equilibrados.
PSICOLOGÍA CLAVE: Elena Sánchez- Porro Frías (CL-03770) e Irene Albert Cebriá (CL-03674).
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