Lo último que queremos al terminar una relación es tirarnos de los pelos y enredarnos en conductas agresivas, a la vez que nos ganamos un nuevo enemigo. ¿Cómo ser un buen ex?.
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Lo cierto es que en los últimos años, aumenta el número de separaciones y divorcios a la vez que disminuyen las uniones y matrimonios. Aunque no por el hecho de que una pareja termine su relación, significa que haya desaparecido el vínculo que les unía: ya sea por los hijos, amigos en común, porque comparten un negocio, etc.; esto implica que aumente la necesidad de una convivencia posterior saludable entre ex, evitando conflictos.
Esto es ser un buen ex, pero, ¿cómo conseguirlo?.
NO HABLES MAL DE TU EX EN PÚBLICO: Y es que es frecuente ver estados en Facebook del tipo: “liberada de la tormenta” “al fin libre de ti”, así como comentarios groseros en conversaciones entre amigos. No hace falta que le recomiendes y le hagas una publicidad maravillosa para buscarle otra pareja, pero no hables mal de él o ella. Recuerda que hasta dolor más desgarrador puede cambiar con el tiempo y no querrás tener que arrepentirte de lo dicho. De la misma forma, exponer tus sentimientos ante los demás en una red social, donde le hablas a mucha gente y al mismo tiempo a nadie, puede ser un desahogo, pero también convertirse pronto en un gran error. Los demás no conocen toda la historia y no pueden ponerse en tu lugar, así que tampoco esperes que comprendan las cosas en su contexto. Recuerda que Internet no olvida y un mal momento puede írsete de las manos.
NO HABLES MAL DE SU NUEVA PAREJA: ver a tu expareja rehaciendo su vida con otra persona puede ser muy doloroso, especialmente cuando sientes que tú no avanzas a la misma velocidad o si añoras la relación pasada. Todos estos sentimientos son perfectamente comprensibles y, a veces, no podemos evitar ver a la nueva pareja como el objeto sobre el que volcar nuestro despecho y nuestra rabia. Nadie nos pide que trabemos una gran amistad, pero nos sentiremos mejor con nosotros mismos actuando dentro de los límites de la educación y la cortesía, especialmente cuando hay hijos por en medio. Para ellos será esencial poder tener una relación positiva con las nuevas parejas de sus padres si queremos que todo marche bien. Además debemos ser un buen ejemplo para ellos. Como sabemos que esto no siempre es fácil, recomendamos buscar la compañía de un amigo cercano para contarle lo que sentimos sin provocar ninguna situación tensa.
SI HAY HIJOS, EVITA UTILIZARLES COMO ESPIAS: sacarles información a tus hijos de cómo organiza su nueva vida les deja en un lugar en el que no quieren estar. Compartiendo lo que saben también pueden sentir que traicionan a uno u otro, y que está en su mano herir o hacer feliz al que escucha. Como ya sabemos éste no es el lugar en que queremos que estén nuestros hijos. Ellos necesitan mantenerse al margen y saberse queridos y cuidados. Además, exponernos a “alimentar” nuestro dolor continuamente con detalles de lo que el otro hace o dice no nos trae nada bueno. Para mejorar debemos procurar enfriar las cosas, tomar distancia.
NO COTILLEES SU NUEVA VIDA: siguiendo con lo que decíamos sobre usar a los hijos para conocer la vida del otro, utilizar las redes sociales o preguntar constantemente a los demás por la situación de nuestro ex deja claro que aún no lo hemos superado. Esto puede ser verdad, y no hay nada malo en ello. Pero pasarnos las horas revisando su Facebook o merodeando por su trabajo nos conducirán a una espiral en la que el otro es el centro de nuestra vida. Eso da pocas oportunidades para empezar a recomponer las cosas y para sentirnos mejor.
NO PIENSES QUE TU RELACIÓN FUE UN ENGAÑO: cuestionar la autenticidad de la relación puede ser un momento que atravesar en todo proceso de duelo por la pareja perdida.
Más allá de dicho momento puntual, pueden acosarnos sentimientos de traición y de estafa. Excepto en situaciones en las que ha habido un engaño duradero y manifiesto por parte del otro –que las hay- debemos evitar generalizar lo que sentimos ahora o en los últimos momentos de la pareja a toda la historia juntos. Además de no ser un juicio justo sobre lo sucedido puede llevarnos a un dolor mucho más profundo y encadenarse con otros sentimientos del tipo ¿cómo no me di cuenta?
ACLARA TUS EMOCIONES, CUÍDATE Y TÓMATE TU TIEMPO: Como decíamos antes, la ruptura emocional con una pareja es un proceso de duelo y se hace necesario un tiempo para calmar, aclarar y expresar tus emociones. Implica un proceso que no es fácil y sencillo. La ruptura emocional se puede dar como tal en un santiamén, con solo decir “ya no quiero estar contigo”, pero la recuperación generalmente tiende a ser gradual en un esquema de altibajos, donde a veces sentirás que estás mejor y otras veces peor. Esto será totalmente normal, pues una separación implica cambios en tu rutina.
RETOMA TU VIDA: Referente a los cambios en tu rutina, observarás que tienes tiempos vacios, pues antes realizabas alguna actividad con tu pareja y ahora él o ella no está. La relación ya se terminó, busca evitar hostilidades, trata de llevar una relación lo más cordial posible dentro de lo que tu expareja permita, pero tú, HAZTE CARGO DE TI. ¿Qué fue aquello que apartaste al iniciar la relación? ¿Qué es eso que siempre has querido hacer? Igual es el momento de retomar aquel curso que tanta ilusión te hacía, de aprender idiomas. ¡Adelante! Es tu oportunidad de hacerlo. No tuviste esa oportunidad de tiempo y ahora la tienes. Esta vida es tuya, para ti y nadie va a venir a hacerse cargo de ella.
Una buena expareja, también se hace cargo de su vida para que algún día diga: “Tuve una relación, ya no la tengo, pero estoy bien. ¿Por qué? Porque a pesar de que no me fue esa relación, yo pude salir de ello de forma saludable”.
Psicología CLAVE: Elena Sánchez-Porro (CL-03770) e Irene Albert (CL-03674).
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