Hoy os queremos presentar todas esas formas maravillosas que tenemos a nuestro alcance para apreciar y amar nuestro cuerpo, sin necesidad de esperar a perder peso, o a que se produzca algún cambio en nuestra apariencia para empezar a hacerlas y poder abrazar nuestro cuerpo.
Índice de Contenidos
Esperamos que estas sugerencias os proporcionen un comienzo útil, para apartaros durante un instante de vuestro entorno y conectar con vosotros mismo:
- Durante esta semana obsérvate y piensa en 3 ó 5 cosas que tu cuerpo te ayuda a hacer diariamente. Escríbelo. Quizás te ayude a disfrutar de esos paseos con tu familia. Quizás tienes una profesión en la que tienes que trabajar a turnos y tu cuerpo te ayuda a poder soportar esas largas e intensas jornadas laborales. Quizás te ayuda a pintar, o realizar una de tus actividades favoritas. Quizás te ayude a pasear por la naturaleza y sentir cada olor y sonido que proporciona, algo que te ayuda a relajarte intensamente. Incluso dale las gracias a tu cuerpo: “Gracias por ayudarme a respirar y hacer todo lo necesario para sostenerme en mi vida. Gracias por ser mi transporte”
Quita de tu casa todas esas cosas que impiden que aprecies y quieras a tu cuerpo. Esto puede ser: Revistas de salud con “trucos caseros y milagrosos” que dicen te volverán más bella/o. Esa dieta que empiezas un lunes y con la que te frustras un martes, apártala. Tira esa ropa en la que no cabes y con la que te intentas convencer que algún día cabrás. En definitiva toma tiempo para evaluar el material de lectura y aquellos objetos que impiden que quieras a tu cuerpo. Ahora pregúntate: ¿de qué forma me acerca esto a mi cuerpo? ¿y a mí misma? ¿Qué me hace pensar sobre mi misma? La clave está en rodearse de esas cosas que nos apoyan y que no asocian nuestro valor como personas con nuestro peso. Son cosas diferentes.
- Evalúa que parte de tu cuerpo impide que quieras a tu cuerpo en general y recuérdate que querer tu cuerpo no es todo o nada. Es decir, querer tu cuerpo en general no significa que estés súper contento con todos los rincones de tu cuerpo. Puede que no te guste tanto tu barriga, sin embargo ves bien a tu cuerpo en general, te sientes seguro con él. Esta es la actitud con la que, a pesar de que hay una parte de él que no te agrada tanto, le respetas y le sigues cuidando con el mayor de los mimos.
Hacer deporte es importante, pero incluye en tu rutina actividades que permitan conectar tu cuerpo y mente, como es el Yoga o Pilates. Son clases que se ejecutan en entornos tranquilos y silenciosos, donde se realizan movimientos lentos y coordinados. Estas disciplinas nos permiten entre muchos beneficios, poder encontrarle un sentido positivo a la soledad que se encuentra en el silencio en un marco de reflexión y de conexión con nuestra propia mente y nuestro cuerpo a través de los movimientos. Además, son disciplinas que su objetivo principal no es el aspecto físico, pero sin embargo generan una gran calidad de conciencia de nosotros mismos y nuestro entorno permitiéndonos cultivar mejores estados de ánimo y estados mentales de mayor positividad.
- Practique la relajación muscular progresiva desarrollada originalmente por el estadounidense Edmund Jacobson. Te dejamos un link que te ayudará en tus primeras veces con esta técnica. https://www.youtube.com/watch?v=NIeqfJ6WHK4
Comience el día con unas palabras de agradecimiento y de gran impacto dedicadas a tu cuerpo. Elige frases que realmente te hablen. Cópialas en una tarjeta y colócalas en un lugar visible y por el que pases todos los días. El baño puede ser uno de esos sitios o la puerta del armario. Todas las mañanas, recuérdate que realmente comienza tu día gracias a tu cuerpo.
- Dale a tu cuerpo lo que necesita. Dormir. Agua. Descanso. Movimiento. Placer. Nutrientes. Además cuando nos alimentamos de todas esas cosas, en general nos sentimos mucho mejor. No rechaces ninguna, las necesitas todas. Estarás menos hostil. Sentirás una mayor vitalidad y una mayor apertura a los demás. Esto es salud.
Cuestiónate estas siete sugerencias, pruébalas y comprueba como realmente te ayudará a sintonizar con tus verdaderas necesidades. Apreciar nuestros cuerpos no es solo sentirnos satisfechos con los kilos que tenemos. No se trata de cambiarnos a nosotros mismos. Es normal que todos en algún momento hayamos pensado que esto era así. Que somos tan solo los kilos que pesamos, y que solo puedes quererlo y abrazarlo cuando llegas a ese peso que parece que es el socialmente aceptable. Pero al final, cuando practicas regularmente estas siete sugerencias, te das cuenta que lo bello es realmente darte permiso en cualquier momento. Sin condiciones impuestas ni requisitos previos.
QUIERETE. ABRAZATE. Puedes empezar ahora con el cuerpo que tienes. SIN CAMBIOS!!
PSICOLOGÍA CLAVE: Elena Sánchez-Porro e Irene Albert Cebriá
Deja un comentario