Romper con la pareja.. Y después ¿qué? Lo de abandonar una relación suele ser una decisión difícil, incluso cuando claramente no llevamos una vida satisfactoria junto al otro.
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Atravesando el dolor, la desilusión o la culpa también podemos aprender mucho sobre nosotros mismos. Si elaboramos bien el proceso tendemos a sentir, finalmente, que la decisión era correcta y que ha sido beneficioso.
Normalmente las parejas se encuentran unidas por el enamoramiento pero también por su visión de la vida, sus valores o su proyecto en común. Cuando ya no se comparten más experimentamos un duelo por lo que hemos perdido: ahora debemos replantear la vida porque lo que habíamos imaginado no será.
Como sucede con todas las situaciones complicadas e importantes, muy probablemente no nos sentiremos bien hasta pasado un tiempo. Puede que al principio nos invadan sentimientos como el enfado, la tristeza, el miedo a lo que vendrá. Tendemos a huir rápidamente de esas emociones que tanto nos perturban, pero si tenemos claro que son normales y aceptables, que pasaremos por ellas y finalmente cesarán o se reconvertirán, no será un trance tan doloroso.
¿Cómo podemos volver a encontrarnos mejor, a volvernos a levantar? Estamos acostumbrados a escuchar una y otra vez que el tiempo lo cura todo pero, lo realmente interesante del tiempo es que a veces nos ofrece la posibilidad de mirar lo sucedido desde otra perspectiva. Permítete repensar tu relación desde la distancia, en conjunto. Recuerda lo que se construyó y, si es posible, consérvalo como una experiencia importante. Si te obsesiona algún pensamiento sobre la relación o la ruptura puedes hablarlo con un profesional. En ocasiones ayuda escucharse a uno mismo con la ayuda de alguien neutral.
Cuando pasamos por esta situación nos viene bien regresar a los amigos, a la familia. Apoyarse en los demás nos permite cuidarnos pero ésa es nuestra responsabilidad. Las buenas parejas enriquecen nuestra vida, pero no es posible estar bien siendo dos cuando no estamos bien a solas. Piensa qué quieres para ti, qué cosas te importan, qué te hace feliz. Te ayudará a enfocar tu energía y a conocerte mejor.
Hay un tiempo para experimentar la tristeza y otro para, simplemente, dejar que nos acompañe. Puede que al principio no tengamos ganas para salir a tomar algo o de dar una vuelta pero, cuando lo hacemos, nos estamos cuidando y, a la larga, eso se traduce en encontrarse mejor.
Reflexiona sobre todo lo que eres capaz de hacer y recuerda que ir poco a poco hace que las nuevas cosas que emprendamos en nuestra vida tengan solidez.
Psicología CLAVE: Elena Sánchez-Porro e Irene Albert.
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