Por Vanessa Pragasam
Por todos es sabido que la calle Jorge Juan es la milla de oro para los buscadores de tendencias y con una gran oferta gastronómica para los amantes de la cocina de vanguardia pero, no podemos olvidarnos de los restaurantes clásicos que existían mucho antes de que llegase el éxito a esta calle madrileña: La Paloma es un restaurante clásico del Barrio de Salamanca no solamente por su historia como restaurante mítico del barrio, sino también por su decoración, su carta y su bodega.
Segundo Alonso y Mariano Ávila son dos reconocidos profesionales en el sector de la restauración. Coincidieron en uno de los más prestigiosos restaurantes de Madrid, donde trabajaron durante varios años. Tras años de colaboración, sintieron la necesidad de afrontar nuevos proyectos, por eso, abrieron su propio restaurante en 1992: La Paloma, siendo Alonso jefe de cocina y Ávila, jefe de sala. Su nombre tiene un origen curioso ya que no se eligió por resultar un nombre castizo como podría pensarse (el restaurante está situado en pleno barrio de Salamanca), sino que se jugó con los nombres de las hijas de ambos socios (Patricia, Lorena y Marta), para formar La Paloma. Los resultados no se hicieron esperar y La Paloma obtuvo rápidamente el reconocimiento de crítica y público en general hasta conseguir, entre otras calificaciones, una estrella Michelin, un Sol Campsa o una nota de 7,5 en la Guía Goumetour.
La Paloma es un lugar cálido y acogedor y está decorado con cuadros de diferentes estilos, donde predomina uno que Costa Vila pintó representando el salón del restaurante y que ha servido como motivo para decorar los platos del restaurante.
Desde que abrieron, se ha mantenido fiel a sus valores: ofrecer las mejores materias primas en una cocina innovadora y un trato exquisito. Empezamos nuestra ruta gastronómica con un “Carpaccio de Foie“, una forma de lo más original de presentarlo, suave y delicioso. Continuamos con un “crujiente de langostino con salsa de soja, vino blanco y mantequilla blanca” y unas “ceviche de ostras con mango y cítricos “.
Continuamos con unas “alcachofas en tempura con salsa de ajos“, “sopa de cebolla con zamburriñas“, “crema de marisco con jengibre” y un “erizo de mar gratinado al cava” que estaba para quitar el sentido.
Como platos fuertes, pudimos compartir: “lubina con compota de tomate y aceite de tomillo”, “riñones al jerez”, “rabo de toro” y una “pintada con salsa de calabaza y apio“.
Siempre hay que dejar sitio para el postre porque es el broche a una espectacular comida. Son dignos de probar el “mousse de requesón con frutos rojos” y la “tarta de manzana” con una original forma de paloma.
La Paloma es el lugar perfecto para disfrutar de una cocina innovadora con toques personales y ahora que por fin ha llegado el buen tiempo, de su terraza donde incorporan una carta de tapas en miniatura con gran variedad de platos de forma económica.
Ubicación: C/ Jorge Juan, 39
Teléf.: 91.576.86.92
1 Comentario
Hola,
Un clásico que he descubierto recientemente y que me ha encantado. Guarda la esencia de la buena cocina y te encuentras platos deliciosos que ya no se ven en el panorama gastronómico madrileño.
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