Belén Rueda y Natalia de Molina han conquistado el plató de “El Hormiguero” donde han hablado de su última película, “No dormirás”.
Junto a Natalia de Molina, Belén Rueda regresa al cine de terror con “No dormirás”, un trepidante thriller de terror psicológico, dirigido por Gustavo Hernández, y que se estrena el próximo 15 de junio.
Belén Rueda presenta “No dormirás” en el Festival de Málaga
Así eran, Así son: Belén Rueda 2007-2017
La película, que se ha convertido en uno de los fenómenos de la temporada en Argentina, llega a nuestras pantallas avalada por las dos Biznagas conseguidas en el pasado Festival de Cine de Málaga.
Durante la entrevista con Pablo Motos, Belén y Natalia quisieron compartir algunas de las anécdotas del rodaje, que se rodó íntegramente en Argentina. “Grabamos en un orfanato de niñas que se había utilizado durante una dictadura así que imagínate las atrocidades que se han hecho allí”, comentó Natalia de Molina. A lo que Belén Rueda añadió: “Nuestra profesión nos permite meternos en mundos en los que a lo mejor no te meterías. Eso, más la sugestión con la que ya íbamos… Pero que el orfanato tenían unas cuatro plantas, y a nadie se le ocurría estar en un sitio donde no correspondiera. Estaba todo el equipo juntito“.
Belén Rueda también habló del accidente que sufrió al tomarse: “Iba a tomarme una infusión con el agua muy caliente. Fui a cogerla y me hice una masacre en el pie y en toda la pierna. Tengo una ampolla gigantesca”. Un percance por el que lleva la pierna totalmente vendada, pero no la impide llevar tacones, como demostró ante la cámara.
Regreso al cine de terror
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Después del éxito de “El orfanato” y “Los ojos de Julia“, Belén Rueda regresa al cine de terror, aunque esta vez “es terror de verdad“, con “No dormirás”.
“La historia es una directora de teatro, Alma, que somete a cuatro actores al insomnio durante cuatro días“, contó Belén Rueda. La película narra los métodos de ensayo usados por un grupo de teatro de vanguardia para que las representaciones sean los más realistas posible, alcanzando un punto en el que los propios actores llegan a confundir lo que es verdad y lo que no. De hecho, no se les permite dormir hasta el estreno, en un insomnio forzado que, junto a los ensayos en un hospital psiquiátrico abandonado, pone a punto su percepción.
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