El retoque de aumento de glúteos ha crecido un 30% en los últimos años, según la SECPRE, y el hashtag #bootygoals es en Instagram uno de los más buscados. Lo que nos preguntamos es si es preferible el uso de implantes o lipofilling, si el retoque queda bien y, si es para todas. Te lo contamos… Sigue leyendo.
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Nicki Minaj, Kim Kardashian, Beyoncé, J.Lo…sus glúteos rotundos y prominentes tienen culpa de buena parte de su éxito; influencers como Jen Selter o Inés Helene acumulan likes a golpe de foto de trasero. ¿Es posible conseguir un trasero respingón, firme y generoso? La respuesta es que sí, lo es. Y se logra con diferentes técnicas, juntas o por separado. Pero como no todos los cuerpos son iguales, no todos los glúteos pueden serlo. El Dr. Tapia explica qué buscamos en diferentes partes del mundo, los técnicas que existen y para quién está indicado el aumento de esta parte de la anatomía femenina.
Las técnicas
Gluteoplastia:
El aumento se hace con prótesis de gel cohesivo de silicona, similar al de las de mama pero más consistente, y la colocación suele ser debajo del músculo para evitar desplazamientos y conseguir naturalidad. Es una técnica muy pedida entre las latinas, que buscan una forma redondeada y hacia arriba, “aunque se está viendo desplazada por el lipofilling o relleno de grasa del propio paciente”.
Se coloca el implante dentro del músculo glúteo o por debajo y se realiza la incisión en el pliegue subglúteo o en el “canalillo”, que es imperceptible. El post-operatorio es un poco incómodo, hay que llevar vendaje durante un mes y realizar drenajes, dormir boca abajo varios días y no sentarse entre 7 y 15 días. Pueden salir hematomas que desaparecen dos semanas a lo sumo. “Las prótesis están indicadas en pacientes delgadas que no tienen grasa para extraer de otras áreas”. El precio ronda los 6000-8000€.
Lipofilling o relleno de grasa propia:
“Es el método más natural y menos invasivo: parte de la grasa extraída mediante liposucción de otras zonas, como el abdomen o la cintura, se inyecta después en el tejido subcutáneo de las nalgas. Es una técnica cada vez más habitual cuando se realiza una aspiración de la grasa, porque se puede aprovechar para remodelar los glúteos, entre otras zonas”, aclara el experto. Y es perfecta cuando hay grasa suficiente para extraer, es decir, en el caso de mujeres de complexión media o con cierto sobrepeso. Dado que parte del tejido se reabsorbe en muchas ocasiones, conviene aplicar más cantidad. A los 6 meses se valora si hay que volver a infiltrar grasa. Cuesta alrededor de 6000€.
Redondos, definidos, latinos y brasileños.
Redondo: La proyección está en la zona alta y central. Para mejorarlo hay que transferir tejido graso a este área tras realizar una liposucción del contorno del glúteo (caderas, parte lumbar y cercana al hueso sacro, cara interna de muslos). Si no hay tejido graso, entonces se aplican implantes.
Definido o tipo fitness: Es un culo con trabajo muscular y la proyección se localiza en todos los cuadrantes, menos en el lateral externo. Como va asociado a un cuerpo atlético, no suele haber grasa en las zonas vecinas, y al ser normalmente un cuerpo armónico, basta con realizar ejercicios encaminados a potenciar la musculatura específica.
Latino: Es grande, con mucho tejido graso en la parte alta y lateral y una parte inferior redonda. Para mejorarlo se transfiere mucho volumen de grasa previa liposucción, y si hace falta, se ponen prótesis.
Brazilian Butt o respingón: El clásico culo de las brasileñas es redondo y muy respingón, y aunque buena parte es por genética, puede mejorar con implantes o definir el contorno con una lipo, colocando toda la grasa extraída en la parte superior.
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