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Que el Sexo te acompañe

Que el Sexo te acompañe

Pasamos por muchas etapas diferentes a lo largo de la vida y comprendemos esto como un proceso normal. Sin embargo, cuando de sexo se habla, parece haber únicamente dos momentos: la arrebatadora e incansable pasión de la juventud o el inicio de una relación y el tedio del “sabadete matrimonial”. Ya está.

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Contamos con que hay algo de cierto en la excitación que nos produce una nueva pareja, lo no conocido, el juego. Asimismo, es cierto que la costumbre y la rutina se imponen y transforman nuestra vida en algo más familiar y predecible. La edad y los cambios fisiológicos también juegan su papel.

Pero, ¿un cambio significa necesariamente una pérdida?. El cambio es constante, cierto, pero tendemos a considerar únicamente el aspecto negativo de este, cuando de él obtenemos también experiencia, conocimiento personal y nuevas oportunidades.

Que el Sexo te acompañe

Para resumir: cambiar no significa perder la calidad en nuestra vida sexual. Tampoco la satisfacción. Y si ha sido así en nuestro caso, siempre estamos a tiempo de hacer los cambios que consideremos oportunos.

Sea cual sea nuestra idea sobre el Buen Sexo, aquí van algunos consejos para acercarnos a él o para que no nos abandone.

Cada uno es cada uno: conocerse es útil. Nos ayuda a tomar decisiones y apostar por nuestro bienestar. No está de más preguntarse: ¿qué necesito para estar satisfecho?, ¿dónde están mis límites?, ¿qué estaría dispuesto a cambiar?, ¿qué me gusta realmente de mí?, ¿qué ofrezco a los demás?. Por supuesto, la compresión es esencial para relacionarnos con los otros pero ha de empezar por uno mismo.

Que el Sexo te acompañe

Me quiero: en la línea de lo dicho anteriormente, no es posible disfrutar del otro si estamos incómodos o inseguros con nosotros mismos. Muchas personas nos comentan que no están contentos con sus cuerpos. Puede haber sido una constante en su vida o un nuevo sentimiento derivado de los cambios que la edad provoca. En cualquier caso su efecto sobre la vida sexual es muy grande. No les deja disfrutar plenamente. Algunos tienen problemas con que su pareja los vea desnudos; otros con su capacidad para dejarse llevar por el momento.

Lo importante es saber que no tenemos que convivir con este problema. Podemos tomar la iniciativa de muchas formas: hablando con el otro y exponiendo aquello que nos preocupa, consultando con un profesional que nos ayude con nuestros miedos e inseguridades, o apostando por ponernos en forma. El ejercicio y el cuidado personal en general siempre tendrán un efecto beneficioso en nuestra vida.

Cuidarse y aceptarse son dos buenas formas de comenzar a amarnos.

La sincronía está sobrevalorada; pactar es bueno: existe una falsa fantasía en torno al sexo. Ha de ser perfecto, equitativo y darse así naturalmente, sin ningún esfuerzo. ¡JA!

Que el Sexo te acompañe

Bueno, sin duda sería estupendo y puede que nos haya ocurrido así alguna vez, pero, seamos sinceros, no es lo normal. Por supuesto que la conexión es maravillosa –para el sexo y lo demás- pero normalmente tendremos relaciones en las que esté más presente el descubrimiento, la incertidumbre, la equivocación… Ahora sí: lo normal.

Gracias a Dios nadie es capaz de leernos la mente, así que sólo nos queda compartir y comunicarnos. Esto puede ser también hermoso y excitante. Sobre todo puede hacernos reír.

Si queremos más sexo, ¿por qué no pedirlo?. Si me gusta más así que asá, ¿por qué no decirlo claramente?. Todo se puede negociar con comprensión y respeto. Aunque puede que haya parejas más compatibles con nosotros que otras, no debemos tener miedo a expresar lo que sentimos y queremos, como primera forma de respeto hacia uno mismo.

Que el Sexo te acompañe

Llamando al placer: siempre que hablamos de ampliar nuestro “mundo sexual” oímos los mismos consejos, empezando por la visita al sex shop hasta lo que se nos ocurra. Por supuesto. Todas las maneras más o menos tradicionales que tenemos para hacerle un hueco al sexo son buenas. Si además no se quedan en la simple anécdota y las incorporamos a nuestro día a día habremos ganado y disfrutado.

Una película sensual o sexual, una lectura subida de tono o un juguete nuevo son ideas sencillas y accesibles para “volver a invitar al sexo”. A veces esto nos ayuda a romper con períodos de mucho estrés o trabajo, en los que hemos dejado de lado el placer.

Como son conocidos por la mayoría y están disponibles para todos, preferimos centrarnos aquí en un punto algo más trascendental. Si el placer ha pasado a un segundo plano, seguramente no estemos hablando solo del sexo. Quizá hayamos descuidado disfrutar de una comida deliciosa, pasar un tiempo a solas, aburrirnos, dormir sin poner el despertador o dar un agradable paseo. En definitiva, las pequeñas cosas que nos llenan o que nos hacen sentir tranquilos y descansados.

El aburrimiento (a veces mal considerado y casi extinto) deja espacio para sentir. Con la mente y el cuerpo a pleno rendimiento cuesta más conectar con el ahora.

A menudo identificamos el deseo como una pulsión irrefrenable pero, en las rutinas complejas que tenemos los mortales, suele aparecer cuando hacemos un aparte.

Que el Sexo te acompañe

Nada es irreversible o irreparable: si estamos sufriendo por algún tema de salud no debemos caer en la trampa de que se solucionará solo. Ponerse en las manos de un profesional nos garantiza que nuestros esfuerzos vayan en la buena dirección. Deja la vergüenza a un lado y confía en los especialistas. Finalmente no harás nada que no quieras.

No estamos solos: en el caso de que tengamos pareja, no debemos excluirla de nuestras preocupaciones o deseos respecto al sexo. A parte de ser una ayuda y un apoyo, son parte de la solución y debemos poder confiarles nuestras inquietudes.

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