Tanto afirmar categóricamente que sí existe como decir que no, sería equivocarse… O mejor dicho ser inexactos… Es un tema que inquieta desde los años 40 con más o menos intensidad, estando más o menos de moda.
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Su nombre se debe a que se le denominó en origen como Punto Gräfenberg en honor a su descubridor, el alemán Ernst Gräfenberg, que estudiaba la uretra femenina en aquellos momentos y éste se considera un hallazgo fortuito.
Sobre su existencia discuten ginecólogos, sexólogos, genetistas, neurofisiólogos… Pero al ser una entidad tan subjetiva, tan de la mano de la susceptibilidad sensorial de cada individuo, es muy difícil poder definirla y quedar de acuerdo en algo concreto.
En realidad el punto G no se considera un lugar anatómicamente identificable, es decir no se puede situar como una zona delimitada y localizada dentro del aparato genital femenino (del masculino hablaremos más tarde), pero sin embargo si se puede localizar a nivel sensorial. Muchas mujeres si son capaces de ir describiendo y localizando de manera sensorial ese punto donde ellas pueden sentir un pico más alto de placer, otras no son tan conscientes de esa exactitud, lo cual no les impide por supuesto tener placer o sentir orgasmos completos. A veces esa falta de percepción también está muy relacionada con la falta de conocimiento de sí misma, tanto física como sensorialmente.
De todas formas puede que no sea “tan necesaria” su búsqueda exacta y su así hallazgo. En mi opinión este punto es tan solo la punta del iceberg… si nos basamos en el nivel anatomo-fisiológico, al final estamos hablando de un manojo de pares nerviosos que reciben una información táctil al ser acariciada la zona, esa información va al cerebro y se codifica como PLACER…desencadenando una respuesta que exige que se acaricie mas la zona para ir acrecentando ese placer…y tal vez llegar o no al orgasmo…Visión demasiado fría, si solo nos quedamos con ella…por eso estaría bien unirla a la del nivel sensorial, de percibir la sensación no solo que se consigue al acariciar un solo punto…hay más a tener en cuenta para poder dar/conseguir placer… y se enriquece mucho más… Si a esa sensación táctil la acompañan otras tan importantes como ella, como es la percepción del olor de la pareja, su forma de moverse, sentir su respiración, sentir sus miradas y a la vez percibir su respuesta de deseo, de entonación el uno con el otro… sería pues, una pena , quedarse en un solo punto (mas o menos localizado) pudiendo focalizar a la vez en otros tantos puntos complemetarios TODOS, para conseguir un mayor PLACER.
Por eso tal vez otorgar tanta importancia a un punto tan difícil de definir incluso por la dueña del mismo (ni que decir para el/la que lo busque de forma externa) tal vez no sea más necesario que buscar los tantos otros puntos de apoyo que se pueden tener para al final conseguir una buena respuesta sexual, en un encuentro erótico deseado.
Si me gustaría dar unas pinceladas por el que también se puede denominar el punto G masculino. Se habla de él también como un área anatómica definida. Hay una zona detrás de la próstata, que incluso en una palpación rectal se puede presionar, estimulando los conductos implicados en la eyaculación, de manera que se puede inducir una eyaculación involuntaria, que no suele ir acompañada de orgasmo.
Si que se relaciona una sensación marcada de placer en la estimulación rectal del hombre. Pero siempre debe ir acompañada, primero del deseo, del uso de lubricación en la zona y dando tiempo a percibir dicha sensación placentera. Pero esto también ocurre de la misma manera en el recto femenino…a fin de cuentas en ambos casos hablamos de zonas muy similares, altamente inervadas y vascularizadas, que con la estimulación adecuada y guiada (hasta conocerla bien), son capaces de proporcionar un alto nivel de placer…como tantas otras zonas de nuestro “eterno“ mapa senso-erótico…nuestro cuerpo.
Por Ana Cabello Fernández
No es un lugar anatómicamente identificable, pero si lo puede ser a nivel sensorial.
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