Preparando la vuelta al cole -Algunos consejos para ayudar a los peques en septiembre
Índice de Contenidos
Poco a poco los días se van haciendo más cortos, la luz va bajando y el verano va haciendo sitio al otoño. A la vuelta de la esquina está ya la pelea para conseguir reunir los libros de texto, el material escolar o los uniformes. Regresamos de nuevo a los horarios y las rutinas que marcaron todo el año y de los que, felices, nos desprendemos en verano.
Si nosotros sufrimos este cambio de 0 a 100, los niños no son una excepción. Ellos concretamente necesitan más de las rutinas, aunque también del tiempo libre y del aburrimiento para crecer sanos. Les sirven para orientarse en el día y poder anticipar lo que harán después. Introduce certidumbre y les proporciona una base segura sobre la que practicar, experimentar y desarrollarse.
Por eso, y para hacer la transición más llevadera, desde Psicología Clave queremos ofreceros pequeños consejos para hacer el regreso al curso más llevadero.
Evitar el aterrizaje de emergencia
El salto de la espontaneidad del verano a las rutinas programadas del invierno puede ser un drama con los pequeños de la casa. Las primeras horas del día son especialmente estresantes para los padres que han de llegar al trabajo y ven cómo el desayuno se eterniza, el niño no acaba de vestirse o hay que perseguirlo para que se lave los dientes.
Como siempre que hablamos de niños, recordamos que esto también forma parte de un proceso de aprendizaje. Ellos tienen su propio ritmo y tratar de imponerles el nuestro es injusto y no suele salir bien. Es mejor favorecer que poco a poco vayan adaptándose y sepan cómo se va a desarrollar la mañana.
Si no queremos desesperarnos en septiembre podemos emplear este final de agosto para adelantar la hora de irse a la cama y la de despertarse, quizá una media hora cada día hasta establecer los horarios que tendrán durante el curso. Asimismo, retomar el tiempo de la ducha o baño, la cena tranquila o el rato del cuento en la cama nos ayudará a irnos estableciendo en la rutina sin dificultad.
Lo importante es garantizar de 9 a 11 horas de sueño, según nos recomienda la Asociación Española de Pediatría.
Resolver sus dudas
Sabemos que empezar el colegio puede ser un momento muy inquietante para los más pequeños, especialmente si antes no fueron a la guardería y no tienen experiencia fuera de casa. Lógicamente no son expertos comunicadores –todavía- y lo más normal será notarlos inquietos, distraídos o con manifestaciones físicas como dolor de cabeza o de estómago, que pueden ser atribuidos a los nervios o la preocupación. Otros niños, sin embargo, pueden estar muy tranquilos y contentos, y romper a llorar horriblemente el primer día. Todo esto entra dentro de lo normal y esperable.
Es bueno que estemos disponibles para ellos. Esto no significa abrumarlos con información, sino más bien aprovechar las situaciones naturales para comentarles alguna cosa sobre el nuevo cole que estimule sus preguntas. También funciona darse una vuelta por el cole antes de que abra para ver el patio, la puerta de entrada, etc. Así podrán imaginarse el primer día con más detalle y disminuirá su incertidumbre.
La información que les ayudará tiene que ver con cuándo irán sus papás a dejarle en el cole, a qué hora volverán y dónde estarán, quién estará al mando durante las horas de clase, qué harán, a quién pueden pedir ayuda si pasa algo, etc. Es importante transmitirles que les gustará y que lo pasarán bien, que significa que son mayores y que todos los niños van, pero sin hacer demasiados aspavientos ni intentar que estén felices y contentos a cualquier precio. Demos tiempo al tiempo para que se habitúen al colegio y a sus nuevas rutinas.
Ilusión y responsabilidad
Crear un espacio para estudiar y preparar juntos todo lo que necesitaremos en casa y en el colegio puede ser una manera estupenda de involucrar desde el principio a los niños. El gusto por el trabajo o el estudio se adquieren desde pequeño, y siempre que esté relacionado con buenos momentos. Los niños necesitan sentirse capaces y partícipes en las situaciones, por lo que pedirles su ayuda y colaboración será muy efectivo.
Podemos ir con ellos a comprar el material escolar, y pedirles que escojan entre dos opciones, por ejemplo. También podemos guardar un rato para forrar los libros con ellos, revisar el horario o crear un calendario para ir apuntando las tareas importantes.
En definitiva, la ilusión por comenzar el curso, regresar al colegio y volver a ver a sus amigos está ahí. Sólo hay que volver a evocarla estando juntos y compartiendo con ellos.
Elena Sánchez- Porro Frías e Irene Albert Cebriá.
Deja un comentario