La confianza de la mayoría de las personas en la capacidad de las empresas para mantener su información personal en condiciones de seguridad es la más baja de todos los tiempos. En una encuesta reciente en Estados Unidos, el 69% de los adultos dijeron que no estaban seguros de que los registros de su actividad mantenida por las diferentes redes sociales siguieran siendo privados y seguros. Y lo cierto es que, a la mayoría de nosotros nos preocupa como de privada es nuestra información personal en internet, sin embargo, seguimos compartiendo nuestra intimidad de forma liberal en la red. Esta tendencia es conocida como “paradoja de la privacidad”.
¿Cuál es la razón de esta brecha aparente entre nuestras actitudes y comportamiento? Alessandro Acquisti y compañeros, investigadores sobre la privacidad online, ofrecen un par de posibles explicaciones. Primero, dicen que puede que no haya ningún tipo de paradoja. Según este punto de vista, todos podemos estar de acuerdo en que la privacidad es importante para nosotros en general. Sin embargo, particularizando en esos momentos en los que navegamos por internet, la mayoría de las veces podemos decidir que los beneficios de la divulgación superan los costos. En segundo lugar, aunque podamos preocuparnos por la privacidad, no estamos seguros de los compromisos de privacidad que ofrecen las diferentes webs y nuestras propias preferencias; en este caso a menudo y de forma inconsciente, nuestro comportamiento está influenciado por factores situacionales.
A continuación, ofrecemos 5 razones por las que a menudo actuamos en contra de nuestros propios intereses al comprometer nuestra privacidad online, desde la perspectiva de la psicología:
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SENTIRNOS SEGUROS
Es más probable que las personas compartan información personal online cuando confían en la parte con la que la comparten o cuando sienten que están controlando esta web o esa situación online. Desafortunadamente, esto puede ser una falsa sensación de seguridad, con consecuencias no deseadas. Un estudio encontró que la gente terminó compartiendo un 20% más de su información sensible cuando se les dio un mayor sentido de control sobre cómo su información sería utilizada. Adicionalmente, el 62% de los encuestados pensaban de manera incorrecta que la mera existencia de una política de privacidad indicaba que un sitio web no podía compartir su información personal sin el consentimiento del usuario. Esto significa que cualquier página web puede hacer que los usuarios se sientan protegidos simplemente refiriéndose a una política de privacidad.
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DISEÑO DE LAS WEBS Y SEÑALES VISUALES
La web está llena de señales visuales y verbales que afectan la manera en que pensamos o nos comportamos, incluyendo referencias a las políticas de privacidad mencionadas anteriormente. Sellos como TRUSTe o Confianza Online, explícitamente sirven como señales para aumentar la confianza. Y el diseño general de los sitios web también influye en el comportamiento del usuario sobre el manejo de su privacidad en la red. Sin embargo, aunque se podría esperar que las webs con un diseño más profesional aumentan la probabilidad de que una persona comparte con esa web su privacidad, lo cierto es que un experimento encontró que las personas son más propensas a revelar sus datos personales en webs no tan profesionales. ¿y eso a que se debe? Os preguntareis. A pesar de que podemos esperar mayor seguridad sobre nuestros datos de un sitio de aspecto profesional, la gente simplemente se siente más cómoda compartiendo información personal en un entorno online más informal.
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OBTENER SATISFACCIÓN INMEDIATA
El ser humano puede ser impulsivo. Tendemos a vivir el momento y valoramos el aquí y ahora. ¿Te has parado a leer la política de privacidad de la tienda online en la que te has comprado ese par de zapatillas con unas rebajas estupendas? Lo más probable es que no. Tu principal preocupación fue probablemente ver tu compra finalizada y sentir una gran gratificación por esa compra tan buena que habías hecho. Imagina cómo sería tu vida si realmente leyeras toda esta información; sentirías desconfianza, incertidumbre, quizás miedo.
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SEGÚN COMO ACTÚEN LOS DEMÁS
Cuando vemos a otras personas que revelan su información personal, es más probable que lo hagamos nosotros también. Una encuesta online titulada “Test your Ethics” le preguntó a los visitantes de la web del New York Times una serie de preguntas sensibles con respecto a su participación en comportamientos cuestionables: “¿Ha tenido relaciones sexuales con alguien que estaba demasiado borracho para saber qué estaban haciendo?, ¿Has robado algo que valga más de 100 $? Etc”. Después de contestar cada pregunta, a la gente se le dio información sobre las respuestas de otros participantes de la encuesta, la cual fue manipulada para mostrar tasas altas o bajas de admisión. Cuando se hizo creer a los encuestados que la mayoría de los demás habían admitido una conducta cuestionable, su disposición a revelar su propio compromiso en otros comportamientos sensibles aumentó un 27%. Las acciones de otras personas influyen fuertemente en lo que hacemos en las redes sociales, donde revelamos información como una cuestión de reciprocidad.
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PREDETERMINADOS
Las empresas online pueden cambiar cada vez que quieran su arquitectura de opciones de predeterminados sobre la privacidad del usuario y de esta manera facilitar la divulgación de información. Un estudio que probó diferentes encuadres de preguntas y las opciones predeterminadas, encontró que diferentes opciones de encuadre y predeterminado pueden duplicar la tasa de acuerdo para ser contactado. En Facebook, la configuración de visibilidad predeterminada de la información del perfil ha cambiado dramáticamente entre 2005 y 2014. No sorprende como los cambios en los valores predeterminados sobre privacidad que se han realizado durante todos estos años, han influido en nuestro comportamiento a la hora de compartir información personal.
La lista de razones que hemos dado no es exhaustiva y muy seguramente se podrán incluir otras variables como el contexto cultural, pero algunas reflexiones sí podemos sacar. Por nuestra parte y visto todo esto, vemos que es casi seguro que surgirán nuevos desafíos a la hora de comprender lo que realmente significa tener nuestra privacidad protegida en la red. Así mismo observamos que los usuarios de internet necesitarán más ayuda, en términos de comprender el tema de la privacidad para poder navegar con tranquilidad en un paisaje tecnológico cada vez más complejo.
PSICOLOGIA CLAVE: Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá
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