Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton propone una moda “hippie deluxe” para la mujer de la próxima primavera-verano 2015.
El desfile de Louis Vuitton, que abrió la última jornada de la Semana de la Moda de París, cumplió el doble cometido de mantener vivo un imaginario que haga soñar al público y de trasladar estas emociones al edificio del arquitecto Frank Gehry, que acogerá desde finales de mes la creación contemporánea en el bosque de Boulogne. Su primera colección de primavera-verano para Vuitton recuperó la estética de la ciencia-ficción con mangas cortas de hombros construidos, rayas diagonales o perpendiculares y largas cremalleras centrales.
Los cuellos fueron cerrados o subieron altos y se abrocharon con un lazo en un desfile que propuso un repertorio de vestidos cortos de aires “sesenteros”. La paleta cromática fue extensa, pero los papeles estelares recayeron sobre el blanco, el negro, el marino, el rojo sangre y el naranja. Vuitton consideró que el terciopelo y las lentejuelas eran idóneos para un verano en el que participaron los estampados de desfiguradas formas florales y los motivos de objetos como coches, pintalabios o saleros.
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