Y es que el Puente de la Constitución es el pistoletazo de salida ‘oficial’ en muchos hogares españoles para dar la bienvenida a las celebraciones navideñas: primeras compras, búsqueda del abeto perfecto, montaje del Belén…
Madrid se llena de turistas y los madrileños a su vez salen a la calle a disfrutar del ambiente navideño que comienza con el Puente de la Constitución. El recorrido por las luces de la ciudad de unos y otros puede ser distinto, pero como siempre, todos los caminos llevan, en este caso, a la Plaza Mayor, al árbol de la Puerta del Sol o a Cortylandia…
La Plaza Mayor, que se transforma y se llena de puestos, de árboles, de figuritas para el Misterio y también de divertidos sombreros, es una visita obligada para propios y extraños, una costumbre muy gata que no puede faltar cuando hablamos de Navidad. Al gran abeto luminoso es mejor acercarse en estas fechas, ya que el 31 estará más concurrido; y cuando hay peques de por medio, el paso por la Calle Maestro Victoria para ver bien de cerca la fachada animada es imperativo, así que, entre compromiso y compromiso, compras, turismo y diversión, os proponemos ir haciendo altos en el camino con nuestra particular ruta para reponer fuerzas…
- Empezamos en la misma plaza, con un clásico entre los clásicos, y es que Los Galayos es uno de los restaurantes centenarios de la capital, con 121 años de buen hacer a sus espaldas. Dos propuestas para quienes opten por este hot spot: una más informal, en su sabrosa zona de barra, donde no faltan los pinchos y raciones –que nadie deje de probar sus patatas revolconas con torreznos- y otra para quienes vayan con más tiempo, en uno de sus variados salones, todos ellos distintos, para disfrutar de la cocina castellana actualizada de su carta. Uno de sus platos estrella es el cochinillo y los incondicionales del cocido madrileño seguro que no dejan ni gota del de su puchero de barro…
- Quienes busquen algo más ‘internacional’, solo tienen que cruzar la acera y adentrarse en La Rollerie, un coqueto espacio que ha conquistado el corazón -y el paladar- de sus clientes con una extensa y divertida carta con platos como las Brochetas de pollo Satay, tapas pensadas para compartir como la Fondue de queso, donde el recipiente es la hogaza de pan o postres como sus famosos Rolls de canela con diferentes toppings. Además, hay 13 desayunos diferentes y 4 tipos de brunch que pueden tomarse los 7 días de la semana…
- Otra opción saliendo desde la Plaza Mayor para todos los gustos y bolsillos y con cocina non-stop es Las Uvas Dulces, ubicado a pocos metros de Ópera, el Teatro Real, la Almudena, la Plaza de Oriente, Sol o el Mercado de San Miguel, es decir, en pleno ‘cogollo’ turístico de la capital, y con varios espacios para explorar y disfrutar según el momento. Su amplia y luminosa barra, el salón interior o el de la cueva de la planta baja, lo convierten en la parada perfecta para quien busque disfrutar de unas cañas bien tiradas, copas o cócteles recién agitados. Entre sus recetas destacan el Pulpo a la brasa con patata revolcona, los Soldaditos de Pavía, premiados como la mejor tapa Mahou 2014; ensaladas y pastas; una selección de riquísimas pizzas artesanas o la Hamburguesa ‘Las uvas dulces’. Por supuesto no se olvidan de los postres, todos caseros. En definitiva, un espacio agradable con igual trato, céntrico aunque alejado del ruido y con una oferta divertida genial para compartir.
Y desde Sol, se bifurca el camino…
- Quienes hayan hecho parada en Cortylandia, su destino es La Barra de Sandó, la propuesta más informal del restaurante Sandó, y también a pocos pasos de la Gran Vía madrileña, por si el plan incluye un musical… Su propuesta son unos suculentos pinchos, como por ejemplo el Pulpo asado con puré de patata ahumada, Steak tartar de cebón templado, Ensaladilla trufada, Alcachofas en tempura, Jamón sobre tumaca… Un fin de puente genial.
- Los que quieran seguir de compras por Carretas… pueden acabar en el particular ‘sur’ que se respira en La Malaje, un restaurante capitaneado por Manuel Urbano, donde su barra de tapas al estilo ‘granaíno’, es decir, ricas, sabrosas y contundentes, hará perder ‘er sentío’ a más de uno… Si el flechazo es irremediable, siempre se puede acabar en una de las mesas de su precioso comedor y disfrutar de alguna de las creaciones más elaboradas del chef.
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