Muy felices y sonrientes aparecieron los príncipes de Mónaco, Alberto y Charlene, para recibir a Papá Noel, con los niños del Principado.
Una tradición que se remonta a 1956, cuando atendiendo la invitación personal de la familia Grimaldi, Papá Noel adelanta su llegada al Palacio de Mónaco.
Los soberanos monegascos recibieron en el Palacio Grimaldi a un grupo de niños, encantados e ilusionados de recibir a Papá Noel.
En la escalinata de palacio, recibieron junto con los niños a Papá Noel, cargado de regalos.
La princesa Charlene con la elegancia que la caracteriza, vestía unos ajustados pantalones negros, botas mosqueteras y una capa blanca.
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