El papa Francisco con la naturalidad que le caracteriza, no dudo en posar para los fotógrafos, en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, con un casco de bombero.
Finalizada su audiencia pública, el Sumo Pontífice, no tuvo inconveniente en posar en la plaza, con los bomberos de la brigada francesa, de la localidad de Fort de Domont, que le esperaban con un casco con los colores del Vaticano.
Sonriente y entre bromas, el papa Francisco recibió agradecido este regalo, que habían preparado con ilusión los bomberos y que el papa no dudó en ponérselo y atender a todos aquellos que querían fotografiarle.
Las personas presentes agradecieron el gesto, que no ha sido habitual en anteriores Pontificados.
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