Olga Moreno gana la demanda de Rocío Carrasco por “derecho al honor”, tras sus declaraciones en las que afirmaba que “para los hijos de mi marido no soy su madre, soy su salvación“.
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El enfrentamiento entre Rocío Carrasco y Olga Moreno parece estar más vivo que nunca tras su regreso a casa como gran triunfadora de la última edición de ‘Supervivientes’ y la emisión del polémico documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’.
Fuera de los focos su enfrentamiento ha llegado a los pasillos de los juzgados. Y es que, la Audiencia Provincial de Madrid ha desestimado un recurso de apelación interpuesto por Rocío Carrasco por una demanda desestimada de 2016, por lo que tendrá que asumir el pago de las costas del recurso.
“Para los hijos de mi marido no soy su madre, soy su salvación”
Los hechos se remontan a una entrevista en exclusiva que Olga Moreno ofreció a la revista ‘Semana’, que se publicaba bajo el título: “Para los hijos de mi marido no soy su madre, soy su salvación“.
En ese momento Rocío Carrasco consideró que, en la entrevista, la actual esposa de su ex marido vulneraba su honor con la revelación de ciertos detalles de su vida personal, relativos a su boda con Fidel Albiac. Sin embargo, el Juzgado de Primera Instancia de Alcobendas desestimó la causa.
Rocío Carrasco siguió en su empeño judicial y presentó un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid, que este 19 de julio de 2021 ha sido desestimada, ya que consideran “no existe intromisión en su derecho al honor“, además de concluir: “El derecho a la libertad de expresión prevalece sobre el derecho al honor“.
Con esta desestimación, Rocío Carrasco pierde las dos demandas que hasta el momento ha interpuesto contra Olga Moreno por sus exclusivas en varias revistas.
En este caso la sala considera que la “propia demandante había publicado su futuro enlace al que se refiere en la entrevista, por lo que no habría sustraído totalmente su vida privada del conocimiento público“.
También hacen referencia a que la ausencia de sus hijos a la boda era “un hecho bien conocido por los lectores y espectadores asiduos a las publicaciones o programas de crónica social“, por lo que, concluyen, “no se aprecia intromisión alegada“.
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