Cómo hablar con nuestros hijos sobre sexo y muchas otras cosas
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Las películas nos muestran a menudo esa incómoda situación: en el momento y lugar más inadecuado, los padres le anuncian a su hijo adolescente que hoy toca charla. Entonces el chaval se sonroja y trata de desaparecer por todos los medios, anunciando que no hace falta, que él ya sabe de qué va la historia…Por suerte esta escena no siempre se corresponde con lo que sucede en las casas, y son ya muchos padres los que dialogan con sus hijos cada día. No se trata de evitar tratar los temas importantes, ni de pensar que estos chicos “vienen ya muy espabilados”.
Todos los niños y chicos necesitan información veraz y ajustada a su edad para manejarse en la vida, y es deber de los padres proporcionársela. Quizá el truco esté en dejar que los temas fluyan, en lugar de concentrarlos en monólogos paternos. Digamos que los niños están siempre dispuestos a preguntar si el clima es adecuado. Es muy reconfortante tanto para padres como para hijos poder conversar tranquilamente sobre sus preocupaciones.
Sabemos que no siempre es fácil: queremos que nos comprendan, tenemos miedo a sus preguntas, nos preocupa qué harán después con esa información, no sabemos si tienen madurez suficiente para operar con ella o no queremos disgustarlos.
Para guiarnos en este aspecto debemos tener claros algunos puntos:
- Decir la verdad pero respetando su edad y nivel de madurez.
- Buscar un equilibrio que favorezca el diálogo pero respete la intimidad del otro.
- Estar presentes para que puedan surgir las conversaciones.
- Intentar comprender, no juzgar.
- No mezclar el diálogo con las quejas. Hacer peticiones.
- Preguntar con interés y apertura.
- Ofrecer apoyo verbal y no verbal.
Por eso, desde Psicología Clave queremos hacer una revisión de los principales temas que plantean un desafío para los padres y muchas preguntas a los hijos.
1.- DIFERENTES TIPOS DE FAMILIA
Ya desde la guardería los más pequeños se dan cuenta de que sus familias no tienen por qué ser iguales a las de los demás. Existen familias monoparentales, familias con dos papás o con dos mamás, familias con hijos biológicos y con hijos adoptados, familias que viven con sus abuelos y otras que no… A esta edad los niños no necesitan largas explicaciones: les basta con saber que la diferencia existe y que a todas las familias les une el amor y el cuidado.
Cuando sus preguntas surgen podemos devolvérselas con un ¿qué piensas tú? o ¿a ti te gustaría? Si no nos apresuramos a responder podremos disfrutar y reírnos con sus respuestas. Además estaremos sentando las bases de un buen diálogo, haciéndoles saber que su opinión nos importa.
2.- ¿SE HA IDO AL CIELO?
La muerte es un tema que nos cuesta entablar con los niños por miedo a preocuparles o entristecerlos. Lo cierto es que acabará surgiendo, bien porque fallezca alguien cercano o porque se le planteen preguntas de forma natural.
Lo importante aquí será siempre decir la verdad: las explicaciones tipo está dormido, se fue al cielo o estaba enfermito y se murió pueden llevarles a equívocos. La muerte significa que esa persona ya no va a estar con nosotros, que no le volveremos a ver pero que pensaremos mucho en ella porque la queríamos. Quizá estemos tristes un tiempo pero se pasará y que lo haremos juntos.
Con niños más mayores y adolescentes conviene ofrecernos para escucharles cuando quieran. También es importante aclarar que ellos no tienen la culpa de nada, porque ese pensamiento puede acompañarlos sin que nos demos cuenta.
3.- HE VISTO A LOS REYES MAGOS
Las preguntas acompañarán al tema de los Reyes Magos desde los cuatro, cinco y seis años. Es lógico: ¿cómo hacen para saber si has sido bueno o malo?, ¿cómo pueden repartir todos esos juguetes en una sola noche? Cuando hablamos de estas edades no es necesario privarles de la ilusión de este momento de la vida, que tampoco dura tanto. Los Reyes tienen muchos pajes ayudantes para repartir los regalos o “son magos” puede ayudarnos a resolver la situación.
Serán sus compañeros los que comiencen a introducir la idea de que no existen cuando sean algo más mayores, en torno a los nueve o diez años. Podemos escoger un momento tranquilo para confirmárselo, pero seguir manteniendo la ilusión por los regalos esperados y sorpresa, escribir la carta, etc.
4.- EL HERMANITO
Cuando vamos a contarle a un niño que pronto tendrá un hermano lo primero a considerar es su edad: en niños muy pequeños lo mejor es decirles cuándo llegará (no una fecha, mejor una estación o un momento del año que pueda identificar) y que será estupendo que pueda jugar con él. En niños algo más mayores quizá surja alguna pregunta sobre de dónde vienen los niños. Recomendamos que los padres se pasen por la biblioteca, ya que allí encontraréis libros y libros adaptados para explicar este tema a los hijos. Podéis dejar que lo lean y que os preguntes o leerlo juntos. Es una estupenda ayuda para dirigir la conversación y solventar sus dudas sin precipitarse.
5.- DE FIESTA, PROTEGIDOS
Este último tema está pensado para adolescentes que comienzan a salir sin sus padres, a pasar alguna noche fuera o regresar tarde a casa. Lo ideal es que el diálogo con nuestros hijos sea abierto y se dé naturalmente desde hace tiempo. En este momento de la vida los chicos están centrados en su grupo de amigos, con los que comparten confidencias, pero también acuden a sus padres. Lo más importante es estar ahí, mostrarnos disponibles y preguntarles su opinión. A menudo, las conversaciones sobre fumar o tomar drogas aparecen viendo el telediario o conversando sin más. También podemos contarles nuestra experiencia, cómo lo vivimos nosotros y qué hicimos.
Respeto al sexo, más de lo mismo. Es nuestro deber que dispongan de una información clara para que puedan tomar decisiones por ellos mismos. Confiamos en que pueden hacerlo y les dejamos claro que estaremos ahí.
Por ejemplo, deben saber que no tienen por qué hacer nada para lo que no se sientan preparados y que los demás han de respetar eso. Muchas veces, conviene aclarar ciertos aspectos de educación sexual básica. Tomemos, por ejemplo, el hecho de que el embarazo puede producirse en la primera relación sexual, que los preservativos protegen también de las enfermedades de transmisión sexual, sobre otros métodos anticonceptivos, etc.
Como último consejo recomendamos aceptar que nos dé vergüenza o que nos sintamos incómodos y aún así hacerlo, puesto que el desconocimiento trae consecuencias muy graves.
Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá.
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