«Mujer» vuelve a Antena 3 con el capítulo 55. Tras descubrir la identidad de Kismet, Arif recuerda el único día en el que la vio, cuando era un niño. No te lo pierdas a partir de las 22:45.
Índice de Contenidos
«Mujer» Capítulo 54: Sirin se lanza a por Emre
«Mujer» Capítulo 53: Sarp se enfrenta a su destino al entregarse a Nezir
Capítulo 54 – Mejores Momentos
Ceyda se encuentra confusa por la relación que empiezan a tener Emre y Sirin. Por una parte están sus sentimientos hacia él. Por la otra, el estar convencida de que su amigo acabará sufriendo. Y, sin embargo, ya han tenido su primera cita. Ya la ha advertido varias veces de que la Sirin que él está conociendo es sólo una fachada y no la real, llena de maldad y mentiras. La última vez, delante de Hatice, incluso se ha opuesto a que trabaje en el restaurante asegurando que es “un demonio”. Ahora hace un nuevo intento ya a la desesperada por alejarles. Pero va a resultar aún peor: no se atreve a decirle a Emre todo el mal que Sirin ha hecho. Y Hatice ha escuchado todo, quedando decepcionada.
Nezir y Doruk están forjando una extraña relación de afecto. El primero ve en el pequeño el reflejo de Mert, su hijo muerto. Y el niño es capaz de ver la parte humana de un hombre cruel. Tanta es la confianza que Nezir le muestra su rosal. Está dispuesto a enseñarle a Doruk sobre jardinería, como hacía con Mert. Sin embargo, ese plan tiene también un trasfondo cruel, ya que Sarp lo está viendo todo a través de un móvil. Y la escena inocente se convierte ante sus ojos en el cruel momento en el que Nezir va a matar a su hijo. Ya se lo había advertido con un siniestro juego de cartas. Sarp ve cómo Nezir venda los ojos a Doruk y cómo después coge unas enormes tijeras de podar. La mente va por delante de la realidad: cree que su hijo va a morir.
Capítulo 55
Bahar y sus hijos se han sentado a la mesa para cenar con Nezir. Pero esta vez no estarán solos. Se prevé la llegada de más comensales. Hay invitados y Nisan se ilusiona pensando que va a ser Sarp. Quien aparece es una asustada Piril, a la que Nezir le ha permitido por primera vez salir de su habitación. Quien lo ha conseguido, en realidad, es Doruk: era su deseo tras haber ganado un juego infantil con Nezir. Y éste se lo ha concedido pero a medias, ya que no ha dejado que los gemelos se sumen. La cara de decepción de Nisan es evidente, y Bahar también está contrariada. El niño podría haber pedido muchas cosas pero eligió cenar con la profesora Piril y con sus hijos.
Nezir ve desde su despacho cómo su cruel plan sigue funcionando a la perfección. Primero se llevó a su mansión a Bahar, Nisan y Doruk. Después, a Piril y los gemelos. Y consiguió que Sarp se entregara. El último en caer en su telaraña ha sido Suat. El rico empresario ha acabado en el mismo zulo donde Sarp y Munir están prisioneros. Tras ser encerrado, Suat advierte la especial tristeza de Sarp. Munir le revela el motivo: cree que Nezir ha matado a su hijo Doruk.
Alojarse en la misma casa de Sirin le está permitiendo descubrir a Idil la verdadera cara de Sirin o, al menos, parte de ella. Además, no ve precisamente con buenos ojos su incipiente relación con Emre. Uno de los detalles más jugosos lo ha conocido gracias a Ceyda. Cuando ha acudido a visitar a Enver, ha comentado el intento de Sirin de seducir al marido de su hermana, a Sarp. E Idil se ha percatado rápidamente de que es un secreto importante. Para intentar comprar su silencio, Sirin ha ido después a su dormitorio para ofrecerla las 10.000 libras que necesita para saldar la deuda que la había confesado. Sin embargo, Idil lo ha rechazado. Tiene previsto un viaje a su pueblo con Emre y necesita historias como ésa para contarle en su largo trayecto.
Nezir sigue jugando cruelmente con Sarp y también con las personas a las que quiere. Una de sus mayores torturas por el momento ha sido hacerle creer que ha matado a Doruk. Ahora, Nezir ha preparado su siguiente paso, con el que Bahar y Piril volverán a unir sus destinos. Reúne a las dos en un salón de su mansión porque tiene un mensaje y una propuesta que transmitirlas. Por una parte, aclara que Sarp sigue vivo. Por la otra, ofrece la esperanza de salvar su vida. Sin embargo, tanto Bahar como Piril se quedan atónitas ante el alto precio que tendrían que pagar.
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