Miguel Ángel Silvestre al desnudo para la revista ‘Esquire’: “Soy muy conservador para algunas cosas del amor”.
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Miguel Ángel Silvestre se ha desnudado, en cuerpo y alma, para la revista ‘Esquire’ posando al desnudo y concediendo una entrevista de lo más sincera: “Soy muy conservador para algunas cosas del amor“.
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Con un desnudo integral, el actor de 40 años, es el protagonista de la portada del mes de abril de la citada revista. “Me siento muy orgulloso de mi tierra, de mi cultura. La personalidad del valenciano tiene algo del hortelano; es bonita, humilde y noble. Yo he sido un nómada muchos años, pero creo que uno acaba yendo adonde está el amor. En mi caso, cuando murió mi padre, volví a casa. Y decidí que quería estar en Benicasim. Es de donde soy, donde están mi familia y mis amigos. Es donde quiero estar. A mí me costó mucho superar el duelo por mi padre, pero el día de mi 40 cumpleaños -el 6 de abril cumple 41-, algo se encajó. Se encajó solo. Siento que le cogí el testigo“, reflexiona sobre sus orígenes.
Sobre el proyecto en el que Silvestre se ha sentido más “desnudo”, asegura que fue “cuando hice de Pablo Ibar en “El corredor de la muerte”: “Había una responsabilidad mayor por honrar su situación que me tenía más desnudo, vulnerable“.
“Soy conservador en el amor”
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En su entrevista, también ha reflexionado sobre el amor, sorprendiendo a todos al confesar considerarse “muy tradicional en el amor”: “Cuando me he enamorado sí he sentido esa necesidad, el ‘quiero tener hijos’, pero de momento… no lo sé”… “Soy muy tradicional y muy conservador para algunas cosas del amor, pero no sé si es que no tengo el tiempo, si es que no estoy preparado…”.
“Soy conservador en el amor, pero lo que no me gusta es tener un juicio. Somos de una generación que se basa en las opiniones y tenemos tanto que descodificar… Un día fui a una charla sobre los pronombres. Yo pienso que en el fondo todos somos lo mismo, almas, y para mí la ambigüedad de lo que no se define es algo sagrado. Infinito. Es mi forma de pensar, gracias a Dios tengo una tía que es lesbiana y crecí viendo cómo se levantaba por sus derechos. Tuve buena educación en ese sentido. A lo que iba con la charla, es que creo que las nuevas generaciones van más allá en esa descodificación, y si hay gente que necesita otro pronombre, pues yo sí lo incluiría en nuestra lengua“, explica.
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