La cantante Beyoncé y un inesperado apagón encendieron este domingo la Super Bowl, la final de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), donde también hubo emoción contenida con la actuación del coro de la escuela de Newtown que sufrió en diciembre una matanza que conmocionó a EEUU.
La actuación musical del descanso, la más esperada siempre, correspondió este año a Beyoncé y llegó precedida de la polémica después de que la estrella admitiera que cantó el himno nacional en playback (falso directo), sobre una canción pregrabada, durante la ceremonia de la segunda investidura presidencial de Barack Obama. La artista cantó como si tuviera algo que demostrar, con mucha fuerza y sin dejar de bailar sobre un escenario con fuegos artificiales y luces con la forma de su rostro y su larga melena. Llevaba un conjunto de cuero negro de Rubin Singer, con guantes a juego y botines de tacón, y acompañada de más de 100 bailarines repasó algunos de sus éxitos como Love on Top, Crazy in Love, Baby Boi y Till the End of Time. Se unieron a ella después Kelly Rowland y Michelle Williams, sus compañeras en el ya disuelto grupo Destiny’s Child y vestidas también de negro. Las tres cantaron y bailaron sincronizadas Independent Woman y Single Ladies (Put A Ring On It). Para Michelle Obama, primera dama y admiradora reconocida de la cantante, Beyoncé fue la gran triunfadora de la noche y así quedó reflejado en su Twitter: “Estuvo fenomenal. Estoy muy orgullosa de ella”.
Deja un comentario