Aunque el actor escocés Sean Connery vendió su finca “Malibú”, de Marbella, al día de hoy, todavía le está causando problemas. El próximo año, entre enero y marzo, su esposa Micheline Roquebrune, tiene pendiente el juicio por delito fiscal, en el que la Físcalia Anticorrupción, pide 22,8 millones de euros y una pena de cárcel de dos años y medio.
El actor y su esposa pasaban largas temporadas en esta casa, disfrutando de su deporte favorito, el golf.
Después de muchos años, la finca fue recalificada y entonces decidió venderla, a una empresa que construyó en su lugar, una urbanización de lujo.
En 2006 esta operación acabó formando parte de la operación Malaya, contra Julián Muñoz y José Antonio Roca, y el comienzo del problema, porque la venta de la casa y recalificación del terreno, pasó a formar parte del caso.
El pasado verano, el Juzgado de Instrucción nº 1 de Marbella, archivó las actuaciones contra el actor, dejando a su esposa Micheline imputada.
Hace doce años que no participa en ninguna película
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En 2003 estrenó “La liga de los hombres extraordinarios” y esa fue su última película. Desde ese momento tan solo puso su voz a un filme de dibujos y a un videojuego.
Cuando cumplió 80 años, en una de sus contadas ocasiones en las que hace declaraciones aseguró: “Me he retirado y estoy bien, sigo nadando todos los días y trato de recuperar mi swing.
Rumores sobre su posible estado de salud
En julio del pasado año, declinó la invitación para asistir a los Juegos Commonwealth en Glasgow y aseguró estar recuperándose de una operación en un ojo, aunque la prensa inglesa seguía insistiendo en su mal estado de salud.
Algún diario se atrevió a publicar por unos comentarios de su íntimo amigo Michael Caine, comentando que podría tener alzheimer, noticia desmentida rápidamente por su esposa y su agente.
El actor lleva casado con Micheline 40 años y se conocieron estando todavía el casado con la actriz australiana, Diane Cilento, madre de su hijo Jason.
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