El marido de Tamara Falcó dirigirá un restaurante en el centro de la capital para un importante grupo empresarial.
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Íñigo Onieva parece que va a tener nuevo trabajo de cara al 2024. Tras su sonada boda con Tamara Falcó en julio y vivir una larga Luna de Miel que los ha llevado por todo el mundo, el joven de 34 años se encuentra metido en un proyecto profesional donde asumirá el cargo de director para un nuevo negocio de restauración ubicado en el centro de la capital.
Onieva regresa al ámbito de la hostelería de la mano del grupo empresarial Mabel Capital, con el que había finalizado su relación contractual el pasado mes de abril.
El nuevo trabajo de Íñigo Onieva
Según adelantó Sandra Aladro en “Vamos a ver”, el Grupo Tatel ha traspasado el restaurante Dspeak de Diego Guerrero, e Íñigo Onieva será el encargado de dirigir este nuevo establecimiento. El concepto del local será servicio de cenas y luego habrá copas. Aunque no hay una fecha exacta confirmada para la apertura, la periodista aseguró que se inaugurará “en breve”.
Íñigo ha estado visitando el local casi a diario para llevar a cabo diversas reuniones de trabajo y supervisar la reforma de este restaurante. El grupo empresarial, propietario de otros dos restaurantes, Tatel y Totó y que cuenta con socios tan destacados como los deportistas Rafa Nadal y Cristiano Ronaldo, ha depositado su confianza en él como director. Un desafío que le apasiona y muy diferente a los rumores que circularon hace unos meses que le vinculaban al emblemático Café Gijón de Madrid.
Su salida del grupo empresarial
Íñigo Onieva salía del grupo empresarial Mabel Capital a principios de año donde ocupaba el cargo de director de Mabel Hospitality. Finalmente no fue el resultado de un despido fulminante, como se comentó en un principio. “Su salida ha sido pactada y beneficiosa para ambas partes“, confirmó Vanitatis en mayo después de hablar con fuentes de su entera confianza. Después de dos años en el grupo, se explicó que la proyección del marido de Tamara Falcó era muy limitada. Se le propuso un cambio de funciones sin alterar los términos económicos, pero después de varios días de negociaciones, no se llegó a un acuerdo.
De este modo, el contrato se rescindió “sin malos rollos” y de mutuo acuerdo, poniendo fin a una etapa de más de dos años en la gestión de las relaciones públicas de los restaurantes Totó y Tatel. Menos de un año después, el joven regresa a este último grupo con un nuevo proyecto de hostelería por delante, que se estrenará muy pronto en la capital.
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