A pesar de que ellas viven en Buenos Aires, la comunicación entre ellas es fluida. Mayra decidió no ser madre biológica, pero su relación con sus hijastras era cercana y afectuosa.
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Mayra Gómez Kemp más sincera que nunca en la que dice que será su última entrevista
El 13 de octubre de 2024, quedará grabado en la memoria de los españoles como el día en que falleció Mayra Gómez Kemp, una de las presentadoras más queridas y admiradas de la televisión. La comunicadora, de 76 años, fue encontrada sin vida en su domicilio en Madrid, aunque las causas de su fallecimiento aún se desconocen. En el momento de redactar este artículo, sus restos mortales se encuentran en el Instituto Anatómico Forense. Según el programa Fiesta, permanecerán allí hasta que el próximo miércoles, 16 de octubre, Roxana, una de las hijas del marido de Mayra, Alberto Berco, llegue a la capital desde Buenos Aires, donde reside.
Hasta siempre, querida Mayra Gómez Kemp.
Quedas, para siempre, más que en nuestro recuerdo, en nuestra memoria colectiva.https://t.co/80fFF0CATr #DEP #BuenosDías #14Octubre pic.twitter.com/dfsPIySfoJ— Archivo RTVE (@ArchivoRTVE) October 14, 2024
Las hijastras de Mayra Gómez Kemp eran como sus hijas
Según se ha informado en Mediaset España, Roxana será la encargada de organizar una gran despedida para Mayra Gómez Kemp, dado que la emblemática presentadora no tenía hijos ni familia cercana. Para Mayra, Roxana y su hermana Viviana eran como sus propias hijas; las trató, cuidó y quiso sin distinciones, convirtiéndose en su verdadera familia.
La relación entre Mayra y sus hijastras siempre fue fluida y estupenda, similar a la de madre e hijas. El fallecimiento de Alberto Berco en 2021 no afectó esta dinámica, sino que, por el contrario, las unió aún más, ya que ambas sabían lo importante que era Mayra para su padre, quien compartió 47 años de su vida con la célebre presentadora.
Roxana y Viviana sabían que el fallecimiento de su padre, Alberto Berco, afectó profundamente a Mayra Gómez Kemp, quien nunca logró recuperarse del todo. A pesar de la distancia entre Buenos Aires y Madrid, mantenían una comunicación casi diaria con Mayra, a quien consideraban una segunda madre. En una entrevista, Mayra expresó su cariño por ellas, diciendo: “Las adoro y tengo dos nietos preciosos”.
El 13 de octubre, se confirmó que fueron Roxana y Viviana quienes dieron la voz de alarma al no recibir respuesta de Mayra. Roxana es hija de Alberto y Susana Campos, y Viviana está casada con Joaquín, del dúo Pimpinela. Mayra, quien nunca tuvo hijos biológicos, ha explicado en varias ocasiones su decisión de no ser madre, aunque algunas crónicas mencionan que quedó embarazada al año de enamorarse de Alberto.
Mayra Gómez Kemp perdió el hijo que estaba esperando
A pesar de su difícil estado emocional, Mayra Gómez Kemp continuó ensayando la obra teatral que estaba preparando en ese momento. Durante esos días frenéticos, sufrió la pérdida del bebé que esperaba, un acontecimiento que la dejó profundamente herida. Mayra se sintió rota y destrozada tras esta experiencia.
En una entrevista, explicó: “No quiero que suene mal, pero no podía hacerle ‘competir’ a ese posible hijo con mi marido. Un hijo debería ser lo más importante en la vida de una mujer, por eso nunca he entendido cuando un matrimonio se divorcia y utiliza a los niños como arma arrojadiza”. Su reflexión revela la complejidad de sus sentimientos y su dedicación hacia su relación con Alberto Berco.
En la presentación de su libro de memorias, Mayra Gómez Kemp expresó: “No siempre se acierta, pero yo encontré al hombre de mi vida, mi compañero de viaje, la persona que junto con mis padres me dio la felicidad y me hizo crecer”. Sin embargo, también reconoció a la revista ¡HOLA! que su matrimonio no estuvo exento de desafíos, admitiendo que Alberto tenía “mucho carácter” y que, aunque había un gran amor entre ellos, a veces no se soportaban.
Apreció la ausencia de conflictos en su relación, lamentando las ocasiones en que no le dijo “te quiero”. Además, compartió lo difícil que fue para ella informarle sobre el regreso del cáncer a su vida, reflexionando sobre la falta de apoyo en salud mental en ese momento: “Yo decía ‘¿cómo se lo digo?’. Me vi muy sola”. A pesar de esto, optó por no llevar a Alberto a sus tratamientos de quimioterapia, prefiriendo afrontar la situación sola, ya que sabía que él lo pasaría peor que ella.
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