En la portada más esperada de la revista Elle, la bella actriz Eva Longoria protagoniza un espectacular reportaje en exclusiva que descubre el lado más real de una de las mujeres más deseadas del momento.
En esta ocasión el pistoletazo de salida tuvo lugar a principios de agosto, a las en el famoso hotel Gran Meliá Don Pepe de Marbella, donde miles de cristales Swarovski en tres tonos diferentes y cinco tamaños distintos y más de una decena de tubos de pegamento esperaban para vestir de brillos el cuerpo de la famosa actriz. El resultado es una imagen espectacular pero sin artificios que renueva el espíritu de una portada que este año apuesta por hacer brillar valores como la emoción que transmiten los artistas y su poder para convertir los sueños en realidad. “He crecido sin dinero y también era feliz”, confiesa la actriz durante la entrevista.
A sus 38 años, Eva Longoria –que saltó a la fama con la serie Mujeres desesperadas– representa a la artista que ha sabido superarse creando un próspero sello. Sin embargo, aunque su fortuna asciende a nada mas y nada menos que 35 millones de dólares, ella se sincera confesando «Eso no lo es todo. He crecido sin dinero y también era feliz. Ahora soy consciente de que la sociedad me ha dado mucho y tengo que ser justa con ella devolviéndole favores. Mi suerte es que ayudar a los demás me sale de manera natural, porque tengo una hermana con síndrome de Down y desde muy pequeña he estado acostumbrada a ver el voluntariado como una tarea más», confiesa la actriz que brilla por estar implicada en un sinfín de proyectos solidarios que lleva a cabo a través de su propia fundación The Eva Longoria Foundation, dedicada a ayudar a las mujeres latinas sin acceso a la educación, y de Eva’s Heroes, creada para ayudar a jóvenes con la misma deficiencia que su hermana, de la que Longoria es cofundadora y en la que colabora con el seleccionador español Vicente del Bosque.
En la entrevista exclusiva, la comprometida actriz se descubre además como una mujer muy natural que se acepta a sí misma: “Al ser tan pequeñita tengo que cuidarme más que otras mujeres. Y si te soy sincera, odio entrenar, pero a medida que he ido cumpliendo años he aprendido a verlo con mejores ojos y a tomar conciencia de la importancia que tiene si quiero estar sana y, sobre todo, seguir comiendo patatas fritas”, dice.
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