El perfeccionismo paralizante VS Kaizen… Seréis muchos quienes os sintáis identificados con el siguiente ejemplo que os vamos a contar.
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Tenemos que redactar un informe, proyecto, e-mail. Empezamos a escribir y las dudas empiezan a rondar por nuestra cabeza: ¿y si utilizo tal tipo de fuente?, ¿y cómo quedaría si lo redactara de otra forma?, ¿y si intento esto en vez de eso otro?. ¡No me acaba de convencer nada de lo que he hecho!. Al final vemos que el tiempo ha pasado y el proyecto iniciado no ha sido terminado. Hemos estado todo ese periodo de tiempo regodeándonos en nuestras dudas de si lo hecho estaba al 100% perfecto o no. Como consecuencia, ese proyecto termina abandonado tristemente, paralizado.
A este proceso mental se le conoce como perfeccionismo paralizante. Y es que, desde que nacemos escuchamos frases del tipo: “¡Sé el mejor!, ¡Sé perfecto en tu trabajo!; pero por otro lado sabemos que el ser humano es un ser imperfecto. Esta incongruencia mental junto a la creencia de que los cambios rápidos y radicales son los más eficaces, nos paraliza, generando frustración, dañando nuestra autoestima e impidiéndonos avanzar.
Es necesario distinguir entre en perfeccionismo paralizante y la actitud de querer dar y conseguir lo mejor de nosotros mismos. Es esta última visión la que no pierde de vista lo que queremos conseguir, asumiendo los errores que puedan surgir en el camino, aspecto que lo diferencia del perfeccionismo paralizante que rechaza cualquier imperfección.
Del mismo modo, los cambios radicales no son la manera más eficaz ni más fácil de lograr nuestros proyectos. ¿Cuántos de vosotros os habéis propuesto los mismos objetivos año tras año y nunca habéis llegado a conseguirlos?. ¡La famosa dieta de principio de año y que dura una semana, por ejemplo! Por eso hoy os queremos acercar a la Filosofía Kaizen, con la idea de pasar a la acción para avanzar y no paralizarnos.
KAIZEN es una filosofía japonesa, de carácter sencillo y humilde, cuyo principal objetivo es mejorar de forma continua pero poco a poco. La gran eficacia de dar importancia a los pequeños cambios en esta perspectiva es lo que han provocado que muchas empresas sean a día de hoy grandes gigantes (Toyota, Coca-Cola, Walt Disney World, etc.), pues es una filosofía de trabajo muy empleada en entornos productivos. Pero como muchas otras teorías y métodos, el Kaizen ha sido extrapolado al campo del desarrollo personal, en concreto al Coaching, disciplina que tiene como creencia principal que los cambios se producen poco a poco y de forma constante.
Esta perspectiva japonesa abraza a la imperfección, pero sin renunciar al perfeccionamiento, creencia que facilita pasar a la acción. ¿Cómo se come esto?, os preguntareis. Muy sencillo. El Kaizen nos propone producir/hacer aquello que buscamos. Posteriormente analizar el proceso (el cómo lo he hecho) y el resultado final (¿es o no lo que quería?). Una vez analizado estos aspectos y ya con el resultado “sobre la mesa”, reiniciamos el proceso y comenzamos de nuevo incluyendo las posibles mejoras que hemos encontrado en el análisis.
Los pasos anteriormente descritos se recogen en el Método GROW (su homólogo es la herramienta PDCA que nace del Kaizen y es muy usada en entornos empresariales). Este modelo aumenta la conciencia de las personas sobre sus aspiraciones, la situación actual que tiene así como las posibilidades que se le abren para alcanzar sus metas personales y profesionales. En cada una de sus fases debemos preguntarnos:
- GOAL (Meta): ¿Qué quiero conseguir? ¿Cómo sabré si lo he alcanzado? ¿En cuánto tiempo me gustaría conseguirlo?.
- REALITY (Realidad): ¿En qué ocasiones me he aproximado a lo que quiero?. ¿Cómo sé que eso que quiero es lo correcto?. ¿Qué he intentado hasta ahora?. ¿Qué me hace falta probar?. ¿Cuál es la razón por la que aún no lo he conseguido?.
- OPTIONS (Posibilidades): ¿Qué alternativas existen a este enfoque?. ¿Necesito sugerencias de alguien más?. ¿Cuáles son los pros y los contras?. ¿Quién me podría ayudar?.
- WILL (Voluntad): ¿Cuándo empezaré?. ¿Qué necesito para comenzar?. ¿Cómo mediré mis avances?. ¿Qué cosas pueden interponerse en el camino?. ¿Cómo superaré esos obstáculos?. ¿Qué apoyo puedo necesitar?.
Para finalizar, animaros a utilizar este método y aplicar la filosofía Kaizen en vuestras vidas. Recordaros un proverbio chino: “No tengas miedo de los cambios lentos, solo tenlo de permanecer inmóvil”.
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