La noche madrileña se iluminó con el brillo de los cristales de Swarovski encendiendo un icono de la Cultura española: El Toro de Osborne ha brillado más que nunca cuando los focos han encendido los más de 2.000 cristales que cubren la mítica silueta del toro más castizo.
El proyecto
El proyecto se gestó hace más de año cuando las dos empresas familiares, Osborne y Swarovski se unieron para dar vida a la idea creativa del artista Willie Márquez que ha sabido confeccionar la perfecta amalgama entre dos iconos: el cristal de Austria y el toro de Osborne. El resultado es una pieza única, majestuosa, que estará expuesta durante un mes en el exterior de la Casa de América.
Para la cristalización de esta obra de arte de gran magnitud ha trabajado un equipo de casi 20 personas en la sede central de Swarovski en Wattens, Austria. Fueron necesarias más de 300 horas para la creación y aplicación de las casi 2.000 piezas que combinan cristal y metal. Los cristales van sujetos por piezas octogonales de color negro mate que se engranan entre ellas para formar una malla sólida que se mueve con el aire para un efecto brillante en su máximo exponente.
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