El efecto Pigmalión

Dale al play y observa esta secuencia de la película “En busca de la Felicidad” muy atentamente.

https://www.youtube.com/watch?v=ouYHJ5-m-8k

¿Qué es el Efecto Pigmalión (EP)? Es algo que tiene su origen en la mitología griega: Pigmalión esculpió una estatua con la figura ideal de una mujer. Le gustó tanto y tanto esa escultura que, se enamoró de ella. Tenía un fuerte deseo que esa estatua se convirtiera en una mujer real. Para ello acudió a Venus Afrodita, la diosa del amor, quien hizo su deseo realidad: convirtió la estatua en una mujer real llamada Galatea. Lo que se deriva de este hecho mitológico y que también concluyen importantes experimentos como el de Rosenthal-Jacobson, es que cuando alguien anticipa un hecho (ya sea positivo o negativo), existen muchas probabilidades de que se cumpla.

Como habréis podido ver en el fragmento de la película: inicialmente el padre le lanza una expectativa negativa a su hijo, dándole a entender que el baloncesto no es lo suyo y mejor que no siga yendo a la cancha mañana y noche. El hijo ve que ya no tiene nada que hacer, y decide no volver a lanzar la pelota a la canasta, decide no seguir. El niño probablemente se esté diciendo a sí mismo:” ¿para qué lo voy a intentar si no lo voy a conseguir? Mi padre que es mayor que yo, tampoco cree que vaya a conseguirlo”. Por suerte el padre, corrige lo que le había dicho a su hijo induciendo sentimientos positivos de aceptación y valoración.

Por tanto, como habremos analizado todos hasta el momento, la confianza en uno mismo es esencial para crecer, desarrollarnos y dar lo mejor de nosotros en cada momento, pero la confianza que los demás depositen en nosotros y sus expectativas también son importantes y pueden ayudarnos a conseguir los objetivos más complicados.

El EP lo podemos resumir en tres puntos:

• EXPECTATIVAS
• CONFIANZA
• PROFECIA AUTOCUMPLIDA

Las personas con capacidad y habilidades para ser un Pigmalión positivo, son aquellas que depositan en ti una confianza, que ven tu talento, ven desarrollo en ese talento y además te tratan como si tú tuvieras ese potencial. Por lo tanto, están dándote apoyo y provocan lo que se conoce como Profecía Autocumplida: “si yo creo que tú eres bueno en algo y te transmito ese ánimo y entusiasmo, al final ese hecho, esa profecía se termina cumpliendo”.

Con el vídeo, han quedado claro cuáles son los efectos negativos. Pero ¿Cuáles son los beneficios si nos comportamos como un Pigmalión positivo? Pues que consigues sacar de la gente ese potencial que a veces uno mismo no reconoce. Muchas veces tenemos en la cabeza una versión subjetiva de nosotros mismos, o porque viene condicionada por nuestra experiencia anterior o porque somos muy exigentes, no nos valoramos de forma positiva. Pero si viene alguien y te dice: “tú puedes, te vi en esta ocasión resolviendo esto de esta manera, he pasado momentos contigo en los que te has superado, ¿cómo no vas a poder hacerlo? Inténtalo al menos” Esta visión que tienen los demás sobre nuestro potencial, a veces nos empuja a hacer cosas que por nosotros mismos no hubiéramos hecho.

¿Todo el mundo puede ser un Pigmalión positivo? Esto es algo que a todos nos puede ayudar en nuestra relación con los demás, pero les será de gran utilidad a todo el mundo que tenga INTERÉS en gestionar personas o que ya lo esté haciendo. Hay personas que pasan, que simplemente saben que la relación con los demás puede depender del carisma y del liderazgo, pero no tienen interés en sacar lo mejor de los demás. Ser un Pigmalión positivo no viene determinado genéticamente, es decir si tienes interés en sacar lo mejor de tus alumnos, de tus trabajadores, de tus hijos, tu equipo de deporte, etc. Por supuesto que podrás serlo.

¿Qué cualidades debemos tener para ser un buen Pigmalión? Lo primero de todo es quitarnos cualquier tipo de prejuicio sobre una persona. En el momento en que tienes prejuicios negativos hacia alguien, ya te está condicionando el trato con ella. Es decir, a la gente hay que intentarla ver con una amplitud de miras. Es necesario tener también mucha paciencia, porque todo aquello que queremos trabajar y sacar de los demás, no se consigue de un día para otro. Tenemos que intentar ser benevolentes, para ver cosas buenas en los demás. Y sobre todo tener ganas de que el otro crezca (profesores que buscan el talento de cada alumno y se focalizan en ello, padres que animan a sus hijos, aunque lo que les guste a los hijos no sea lo que quieran los padres, jefes que no cuestionan cada dos por tres las capacidades de sus empleados…)

Pero la pregunta más importante, ¿podemos ser nuestro propio Pigmalión? Es ideal tener a alguien que te anima, que te empuja, de hecho, es muy posible que recuerdes a alguien que en tu vida ha tenido ese papel. No obstante, tú puedes ser tu propio Pigmalión escuchando tu parte más racional que te dice: “hazlo, inténtalo, aquella vez lo conseguiste. Si te entrenas lo lograrás”. ESCUCHATE.

Queremos concluir el post de hoy diciéndoos: Si una vez pensaste, aunque fuera en solo unas décimas de segundos, que podías llegar, entonces, continúa remando.

PSICOLOGIA CLAVE: Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá

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