Por Vanessa Pragasam
Al corazón del Barrio de Salamanca le faltaba un punto medio, un restaurante asequible y algo más desenfadado, pero a la vez atractivo y seductor al primer vistazo. Todas estas características las reúne a la perfección Dingo, un local situado en la calle Velázquez con una cocina cosmopolita con productos de alta calidad, unos precios asequibles para casi todos los públicos y la posibilidad de comer a cualquier hora del día.
Con una decoración de estilo industrial y con tres espacios diferenciados (zona de barra-terraza, salón comedor y planta baja con reservado para celebraciones y eventos), busca ser un punto de encuentro para los habituales y vecinos del barrio tanto para el día como para la noche.
Dingo, que nació como un restaurante basado en la cocina americana, ha evolucionado su propuesta hasta abarcar toda clase de comidas. Por eso, en la carta se hallan desde hamburguesas de lo más singulares, una gran selección de huevos o unas carnes de primera calidad cocinadas al grill.
Respecto a las hamburguesas, la que más destaca es la Café de París, que está elaborada con pan de brioche, carne de ternera de primera calidad acompañada de queso brie, cebolla pochada, hojas de espinaca.
La selección de huevos es otro de los puntos fuertes del restaurante: una especialidad que ve su máxima expresión en los Benedictine (pochados con beicon) y en los Rotos con paletilla ibérica.
No se olvidan de los más carnívoros, para los que disponen de un grill de carbón que da un toque siempre especial a sus costillas y a sus rib-eyes.
Para los que buscan algo más ligero, Dingo ofrece una gran diversidad de ensaladas y varias propuestas para picoteo; para los más clásicos, los platos de cuchara varían cada día y para los golosos disponen de doce tipos de postres, todos ellos caseros, entre los que sobresalen su ya famosa cookie de vainilla o una excelente tarta árabe.
Una gran variedad de platos que pueden ser pedidos a cualquier hora, ya que la cocina de Dingo lleva a rajatabla el concepto ‘all day dinning‘, es decir, el estar abierta todo el día desde primera hora de la mañana hasta la medianoche. En el transcurso de ese tiempo se puede disfrutar de sus diferentes desayunos, de un brunch diario, de un aperitivo con sus cervezas artesanas y de copas y cócteles hasta la madrugada.
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