Las dificultades económicas de Arantxa Sánchez Vicario: “Saco adelante a mis hijos gracias al dinero que me dejan los amigos”.
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Arantxa Sánchez Vicario reaparece en televisión: “No fui recompensada”
Arantxa Sánchez Vicario se sentará desde este martes, 12 de septiembre, en el banquillo de los acusados junto con su exmarido, Josep Santacana (del que se separó en 2018), acusados ambos de ocultación de bienes para evitar el pago de una deuda millonaria.
La Fiscalía pide para ambos cuatro años de cárcel. Hace dos años, la ex tenista asumió la responsabilidad de ocultar su patrimonio para evitar pagar una deuda. Lo hizo asegurando haber sido víctima de su entonces marido, Josep Santacana, y se mostró arrepentida. Ahora espera el juicio “como un flan”, según ha confesado ella misma a ‘El País‘.
A pocas horas de que comience el juicio, Arantxa ha ofrecido una sincera entrevista al citado diario en la ha confesando la mala situación económica por la que atraviesa, reconociendo incluso que puede sacar a sus hijos adelante gracias al dinero que le prestan sus amigos.
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“Mi vida está volcada en ellos. Lo son todo para mí, son lo que me hace seguir adelante“, explica. Arantxa Sánchez Vicario vive con sus dos hijos, Arantxa y Leo, en un piso de alquiler en Miami y, según ella misma confiesa, su vida no es nada fácil.
En su entrevista explica las dificultades económicas por las que atraviesa, ya que la mitad de lo que ingresa va destinado al Banco de Luxemburgo, con quien tiene la deuda y al que le ha pagado ya casi dos millones de euros. De ellos, unos 700.000 salen de la “libreta de campeones”, un producto para medallistas olímpicos por el que a ella le corresponden 6.000 euros mensuales por sus dos platas y dos bronces en Barcelona 92 y Atlanta 96.
“Mi error fue enamorarme”
Hace dos años ella asumió su responsabilidad, aunque confesaba haber sido víctima de su ex marido, Santacana, quien habría orquestado el deshacerse de los bienes de la extenista para que el Banco de Luxemburgo no se cobrase el contraaval que le había prestado en su condena por fraude fiscal: una deuda que supera ya los siete millones y medio de euros.
“Estaba enamorada. Confié en mi exmarido y me he visto inmersa en esta situación. Mi error, como he dicho otras veces, fue enamorarme. Confié en la persona que tenía al lado, en mi marido, y me la jugó. No voy a tirar la toalla. No lo hice en la pista y no lo haré ahora“, explica.
“Doy clases particulares de tenis y, en ocasiones, me contratan para ayudar en la organización de torneos o como comentarista. Estoy haciendo un esfuerzo económico brutal, que seguiré haciendo toda mi vida“, cuenta. Sin embargo, esto no es suficiente para mantener a sus hijos. “Saco adelante a mis hijos gracias, también, al dinero que me dejan los amigos. Con eso voy tirando”, relata.
“No poder vivir del tenis es un golpe muy duro que no me esperaba”
“Es muy injusto. Con lo que he ganado, no poder vivir del tenis es un golpe muy duro que no me esperaba. […] Estoy en una etapa dura de mi vida, pero el deporte me ha ayudado a enfrentarme a las adversidades, a ser fuerte y resiliente”, confiesa.
“Ganar lo que gané me costó kilómetros corriendo en la pista, horas de entrenamiento, sacrificio y esfuerzo. Me lo tuve que ganar, nadie me regaló nada. Lo que es mío es mío, y de mis hijos. Eso es lo que más me motiva para recuperarlo”, cuenta, haciendo referencia al proceso que mantiene para recuperar su patrimonio que dice que se llevó el empresario, algo que éste niega y sostiene que el dinero está oculto en Suiza en cuentas a nombre de ella.
A sus 51 años y a punto de sentarse en el banquillo de los acusado, dice haber tomado por fin las riendas de su vida, ya que de joven únicamente se había dedicando a jugar al tenis y siempre se había dejado asesorar en lo económico por su círculo más cercano: primero, su familia; después, su marido.
“Siempre me he dedicado al tenis y nunca supe nada de lo que pasaba. Me he fiado de las personas más cercanas a mí, primero mi padre y después mi marido”, dice. “Después del enfrentamiento, la relación con mi familia se ha ido recuperando. Pero todo lleva su tiempo. Santacana me arrastró a hacer muchas cosas erróneas”, continúa.
Finalmente, envía un sincero consejo a las nuevas generaciones: “Con una dedicación plena a un deporte es difícil hacer otra cosa, pero estaría bien que tuvieran una visión más abierta, que intentaran involucrarse…”.
Arantxa Sánchez Vicario y su ex marido, Santacana, en el banquillo
El juicio oral tendrá lugar este martes 12 de septiembre, en el Juzgado de lo penal número 25 de Barcelona. Está previsto que se celebren, al menos, diez sesiones en días no consecutivos, por lo que el juicio podría prolongarse hasta el próximo mes de octubre.
El origen de la causa es la deuda que Hacienda le reclamó a Arantxa Sánchez Vicario, en 2009, un año después de haberse casado con Santacana en contra de la opinión de toda su familia. El fisco acusó a la ex tenista de haber defraudado más de 3 millones de euros, una deuda a la que, sumados los intereses, ascendió a 5,2 millones.
Para hacer frente a esta deuda, pidieron un aval al Banco de Sabadell que, a su vez, pidió un aval al Banco de Luxemburgo. Arantxa nunca hizo frente al dinero que le prestó el banco luxemburgués. Y esa deuda ha ido aumentando hasta los 7,5 millones que ahora se le reclaman. Además, la extenista nunca entregó la lista de bienes e inmuebles para que le fueran embargados, por lo que la entidad luxemburguesa decidió ir por lo penal y acusar a la extenista y a su exmarido de alzamiento de bienes o insolvencia punible. Un delito por el que la fiscalía les pide cuatro años de prisión.
Sin embargo, según la periodista María Eugenia Yagüe, Arantxa Sánchez Vicario habría pactado con la Fiscalía para tratar de eludir la cárcel. “Me dicen que Arantxa ha pactado con la Fiscalía y es probable que el martes no la veamos en la Audiencia de Barcelona”, afirma. Un acuerdo con el que Arantxa admitiría la deuda y se comprometería a devolver el dinero en su totalidad.
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