Mientras contamos los días para el estreno de la última temporada, descubrimos cómo se despidió Emilia Clarke de su personaje en “Juego de Tronos“, Daenerys Targaryen.
“Juego de Tronos”: Primer tráiler de la última temporada
“Juego de Tronos”: Todos los personajes de la última temporada
Tan sólo queda un mes para que los millones de fans de todo el mundo de “Juego de Tronos” puedan ver el final de la serie, que se estrenará el 14 de abril.
La octava y última temporada contará con seis capítulos con los que se resolverá la trama, que comenzó en 2011 con la primera temporada de la exitosa serie de HBO.
Y, mientras sus fans esperan impacientes que llegue la fecha, poco a poco vamos conociendo algunos detalles sobre la última temporada de la serie: las primeras imágenes, los posters, el primer tráiler…
Sin duda, un momento muy esperado que no sólo afecta a los fans, sino también y, especialmente, a los actores que han trabajado en la serie. Una de las más afectadas ha sido Emilia Clarke, que en la serie interpreta a Daenerys Targaryen, la madre de dragones.
En una reciente entrevista a Harper’s Bazaar, Emilia Clarke hablaba de lo duro que había sido para ella decir adiós a su personaje.
“… Y de repente empiezas a llorar sin parar como una completa idiota“
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“¡Juego de Tronos es la grabación más difícil que he hecho, porque es un rodaje muy físico y llevo un corsé!”, explicó la actriz. “El tiempo es muy extremo, las horas se alargan y hay mucha tensión en cada personaje a medida que se acerca el final. Hay mucha tensión en el set y hay que estar muy concentrado. Es extenuante”, reconoció.
Pero, a pesar de todo, Emilia Clarke no dudó en reconocer lo difícil que fue despedirse.
“Empecé pronunciando un pequeño discurso, no porque sea pretenciosa sino porque cada vez que decimos adiós a un personaje, David y Dan, los productores, nos llevan un regalo y el equipo se acerca y todo se para y dices algunas palabras y es muy bonito. Quiero decir, conseguí decir tres palabras antes de que me rompiese. Tratas de aguantar y de aguantar y de repente empiezas a llorar sin parar como una completa idiota“, confesó.
“Después abrimos el champagne y me di cuenta de que el alcohol es un depresor. Así que no fue tanto un champagne de celebración, fue más [finge que lloriquea]: ‘¡Lo hemos hecho! ¡Hemos grabado la última frase!‘”, concluyó.
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