Así ha sido emotiva despedida de Manuel Díaz ‘El Cordobés’ en la plaza de la Alameda de Jaén: de las lágrimas de su hija al orgullo de su padre.
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Este domingo, 15 de octubre, Manuel Díaz ‘El Cordobés’ se despidió de los ruedos tras tres décadas de intachable trayectoria. Lo hizo con honores, en la plaza de la Alameda de Jaén, donde cortó una oreja y salió de la plaza abrazado de su padre, Manuel Benítez ‘El Cordobés’. Una tarde inolvidable, en la que junto a los diestros Curro Díaz y El Fandi, se repartieron siete orejas y dos rabos.
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Una tarde llena de emociones en la que de Manuel Díaz ‘El Cordobés’ ha estado arropado por el cariño y apoyo incondicional de todos sus seres queridos. Muy emocionados estaban sus tres hijos, Alba, Manuel y Triana, y su mujer, Virginia Troconis. Todos esperaban ansiosos y emocionados el momento del adiós de uno de los mejores toreros del panorama nacional.
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Además, de una persona muy especial para el diestro, su padre, Manuel Benítez ‘El Cordobés’. Tras años de desavenencias, su padre Manuel Benítez -con quien se reconcilió este mismo año- no ha faltado a esta significativa tarde y se ha mostrado muy orgulloso de su hijo.
“Es un fenómeno”, afirmaba antes de entrar en el coso donde le ha cortado la coleta. Un momento de máxima emoción, e impensable hace apenas unos años, con ambos con lágrimas en los ojos, pero con una sonrisa.
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Padre e hijo se han fundido en un bonito abrazo que ha quedado inmortalizado para la historia del torero que tomó la alternativa, hace treinta años, el 11 de abril de 1993 en Sevilla de manos de Curro Romero.
“La foto de mi vida”
Fue hace apenas unos meses, el pasado 14 de febrero, cuando Manuel Díaz confirmaba una gran y feliz noticia: su reconciliación con su padre, tras más de 50 años distanciados. Con una bonita imagen en blanco y negro en la que posaban con una gran sonrisa ante la cámara, padre e hijo anunciaban que se trataba de un día histórico para ambos.
“La foto de mi vida”, escribía Manuel Díaz, que a sus 54 años por fin pudo abrazar a su padre después de 50 años de desavenencias y de que, en 2016, una sentencia judicial reconociera que eran padre e hijo.
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