La crisis de los 40-50 – Cómo entender y vivir esta etapa
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Quizás ya hayas pasado por ella, quizás, aun la tienes por delante o quizás es solo un mito. La crisis de la mediana edad, en la que, tanto hombres como mujeres hacen un primer balance de su vida, que impulsado por la nostalgia de la juventud y los sueños no realizados, suele ser un momento negativo.
¿Qué hay de cierto en este “fatalismo” para muchos? ¿Cómo afrontar esta otra etapa? El post de hoy, va dedicado a vosotros, a los cariñosamente llamados “cuarentones”.
La crisis no llega solo en la adolescencia con ese brutal cambio hormonal, sino también en los cuarenta, cincuenta… etapa que coincide con la mitad de vida de un ser humano y en la que reflexionas el rumbo de tu vida.
Las primeras cosas que comienzan a angustiar a una persona que pasa de los cuarenta, pueden ser temas de energía y vitalidad, cambios físicos como arrugas y kilos de más que provoca que muchas mujeres dejen de sentirse y verse atractivas y en el caso de los hombres, que ellos vean disminuida su capacidad sexual entre otros. A esta edad ya se llevan varios años trabajando (aguantando a jefes y compañeros de toda índole) y con hijos entrando en la adolescencia, situaciones que consumen más energías si cabe. Ya no hay tanto tiempo para relajarse y disfrutar y en definitiva casi todos comparten la misma sensación: “la vida se me va de las manos”.
Es en este punto, cuando surge esta sensación, en la que una de dos, o sigues dejando la vida pasar, o comienzas a hacer cambios en el rumbo de tu vida (no nos referimos a cosas alocadas y poco reflexionadas).
El tema económico y laboral también son “piedras pesadas en la espalda”, pues como decíamos se suelen tener hijos todavía pequeños y padres mayores, necesitando todos ellos de nuestros recursos y apoyo, haciendo que se tenga muy poco tiempo para uno mismo. A no ser que se tenga un gran patrimonio (complicado a día de hoy) es en torno a los 40 cuando se empieza a sentir esa decadencia. ¿Pero entonces que haces? ¿Te encajonas en ese callejón sin salida triste y amargamente para el resto de tu vida?.
VUELVETE UN POCO MÁS EGOISTA: Esto no significa que tengas que fastidiar al resto y no tenerlos en consideración, más bien nos referimos a ser auto-responsables. Una persona pasados los cuarenta debe estar mucho más pendiente de su salud, sobre todo para que todavía pueda disfrutar las siguientes décadas de su vida con plenitud y pueda llegar a la tercera edad solo con los típicos achaques, pero sin sentirse una carga para los demás. Sabemos que tienes poco tiempo, que tienes muchas obligaciones, por eso hablamos de ser egoísta, para que seas capaz de sacar como mínimo media hora al día para ti, para hacer ejercicio, cuidarte y disfrutar del tiempo libre exclusivo para ti. Además deja de fumar y controla lo que ingieres. Se egoísta también con tus finanzas, invertimos en los hijos, en los padres, en vacaciones, ¿pero lo hacemos en nuestro futuro? Ahorra, aunque sea muy poco, pero ahorra, justamente para crear un colchón para la vejez y no tener que depender.
¡YA NO TENGO EDAD PARA ESTAS COSAS!: ¿Cuántas veces te has dicho esto? Si te apetece hacer danza del vientre, ¡hazlo! No tienes que ser la mejor de las clases, ni ponerte en primera fila, pero por el simple hecho de hacerlo, estarás moviendo tu cuerpo y sintiendo alegría. Piensa en la cantidad de gente de 50 y 60 años que se ponen a estudiar otra carrera y no porque vayan a ejercerla, sino por gusto y curiosidad por saber más, porque les apetece. Al fin y al cabo son actividades que te pueden rejuvenecer y renovar. Volviendo al punto anterior, si te vuelves más egoísta, si vas ahorrando poco a poco y cambiando a esta actitud, piensa en la cantidad de cosas que has dejado de hacer y que quizás sea ahora el momento de iniciarlas. Del mismo modo, no tengas miedo a la hora de vestir, no hace falta que te pongas ropa de “abuelita”, si te apetece ponerte un complemento más llamativo hazlo, si te apetece ponerte algo en concreto con lo que no te veas ridícula hazlo. Evádete del comentario y pensamiento de: ¡ya no tengo edad para estas cosas! No consiste en fingir que tienes 20 años, pero que la edad no te frene a hacer esas cosas que te entusiasman.
CUIDA TU VIDA ESPIRITUAL: Pasados los cuarenta uno ya quiere tener una vida donde se mezcle el placer con la tranquilidad. Antes hablábamos de cuanto bien, vendría ahorrar, y no solo para tener más bienes, también para sentir tranquilidad. A partir de los cuarenta, puede ser una etapa buena para meditar, hacer yoga, o simplemente dedicar 10 minutos a respirar profundamente y reflexionar proactivamente, para seguir avanzando en los próximos años con felicidad y darte cuenta de las cosas que son trascendentes en tu vida.
Para finalizar el post de hoy, simplemente deciros que si reflexionáis estas recomendaciones y las ponéis en práctica, hay altas probabilidades de llegar a la vejez como una persona “entera”, con alegría de vivir, aprovechando la sabiduría de los años con el placer del corazón.
PSICOLOGÍA CLAVE: Elena Sánchez-Porro e Irene Albert Cebriá.
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