Comencemos con una pequeña historia: Julia a sus 37 años de edad, ha pasado todas y cada una de las Navidades con sus padres. Tenían todos una relación muy estrecha y especial. De hecho, había tanto amor en esa familia que en ocasiones Julia se sentía algo agobiada. Incluso, durante muchas Navidades a Julia le hubiera gustado salir a pasar el fin de año con sus amigos a muchos de los viajes que organizaban, pero se sentía mal nada más pensar que se lo tenía que decir a sus padres. Por eso nunca se fue con sus amigos. Julia se imaginaba que igual sus padres nunca aceptarían que ella prefiriese irse en Navidad con sus amigos, en vez de estar con sus padres. Cada año, en Julia iba creciendo una sensación extraña en ella, como resentimiento. Seguía pasando la Navidad con sus padres, pero ocasionalmente se ponía algo combativa y agresiva en sus contestaciones. Daba la sensación de que estaba amargada, con un mal humor muy destacable que incluso a ella le sorprendía. Su actitud era un tanto pasiva-agresiva.
Después de esta historia introductoria y centrándonos en el foco del post de hoy, te preguntamos: ¿has cambiado de opinión para complacer a los demás y te has sentido mal por ello?
- Usa tu razonamiento para elegir lo que tenga más sentido para ti: Piensa un poco, ¿tiene sentido para ti cambiar tu opinión para ocultar tu verdadera preferencia, para luego sentirte mal por ello y encima sentirte amargado y resentido? ¿no sería más genuino decir abiertamente cuál es tu preferencia? Tomar ciertas decisiones sabiendo que van a incomodar a otros, no es fácil. Pero esa incomodidad también está presente cuando decimos SI cuando realmente queremos decir NO. Y peor aún, cuando mantenemos oculto y reprimido nuestro dolor interno, este puede crecer y convertirse en un comportamiento pasivo-agresivo, afectando a nuestra relación con los demás.
- Prepárate para enfrentar el dolor: Cuando Julia finalmente se decidió a decir no, y a expresar sus preferencias, sus padres se sorprendieron y no entendían lo que le sucedía a Julia. Ante esta sorpresa le preguntaron a Julia si todo estaba bien. Pues queridos lectores, esta sorpresa es totalmente natural. Se trata de un cambio en una tradición, en su rutina. Más que sorprendidos, estaban algo heridos, ya que contaban con que Julia iba a estar con ellos año tras año. Por tanto, es importante que compartamos nuestras necesidades, pero con respeto y honestidad hacia las otras personas. Debemos enfrentarnos a la verdad para madurar. A nadie le gusta escuchar un no, pero al final esto es bueno para crear relaciones más auténticas.
- Usa la empatía para relacionarte: Julia habló con sus padres en un entorno de calma y comprensión para ver cómo se sentían ellos. Ella también empleó tiempo para explicar que todo estaba en orden y no le pasaba nada con ellos. Que años anteriores había disfrutado muchísimo de su compañía, pero este año necesitaba hacer algo diferente. La empatía de Julia, no hizo que ella cambiara de opinión para volver a complacer a sus padres. Ella mantuvo su opinión para satisfacer sus necesidades y aceptó el posible dolor que podrían estar sintiendo sus padres. Por eso, ella siempre le dejó claro a sus padres que les quería mucho y que este viaje no iba a cambiar la relación que tenían todos. Date cuenta que en este modelo de comunicación hay mucha sensibilidad. Permitió que los padres comunicaran abiertamente que estaban tristes por no poder disfrutar un año más con ella, pero a la vez le insistieron a Julia en que se lo pasara muy bien y trajera muchas historias para contar.
En esta familia a pesar de que los padres querían pasar la Navidad con ella, también respetaron su decisión. Sin esta sinceridad, sin esta comunicación genuina, las personas nos podemos pasar años y años viviendo de forma pasiva y complaciente, hasta que de repente explotan. Ante esta explosión de comportamiento, nadie entiende que ocurrió pensando: Esta persona con lo agradable que ha sido siempre, siempre diciendo que sí a todo… y de repente…se convirtió en alguien rebelde que explotó.
Resulta que estas personas que lo guardan todo para sí mismos, llega un momento en que no pueden soportarlo más y estallan. Este es el problema de los extremos: una persona que no establece ningún límite y de repente los límites aparecen de una forma agresiva y explosiva. Sabiendo decir NO, aprenderás también a establecer límites con sentido y consistencia, ayudando a alimentar de forma saludable tus relaciones con los demás. Conectarse con amor, con sinceridad, con respeto y simpatía, significa ser genuino con los demás y con uno mismo y nuestras propias necesidades.
PSICOLOGIA CLAVE: Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá
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