Ya llevamos dos o tres semanas de clase y los niños comienzan a aclimatarse.
Es el momento de las reuniones escolares, en las que conoceremos a los nuevos profesores y nos presentaremos. También es esperable que conozcamos a otros padres cuando vayamos a dejarlos o a recogerlos.
Para algunos será el comienzo de la relación con el colegio de sus hijos, mientras que otros renuevan la suya un año más.
El tema de los grupos de whatsapp de padres y madres es candente y muchos se preguntan cuáles deben ser los límites en nuestra asociación con el cole.
Por un lado, se presupone que debe existir una implicación comprometida entre padres y profesores que favorezca la educación de los niños. Por otra parte, es difícil conseguir que el colegio, con sus horarios, deberes y exigencias, no se convierta en el centro de nuestra vida. Es decir, que familia y colegio, instrucción y educación familiar, no confundan sus espacios.
Pero, ¿cómo podemos nosotros conseguir este equilibrio en el día a día?
En primer lugar, y aunque resulte una obviedad decirlo, no todas las familias son iguales, ni lo son todos los colegios. No perdamos de vista lo que queremos respecto a nuestros hijos ni dejemos que desde fuera nos indiquen cómo ser padres. Nuestro criterio es importante.
Lo primero son ellos
Seguramente nuestros primeros contactos con el cole estén marcados por la corrección y los buenos propósitos, y es que lo ideal es forjar una relación de cooperación desde el principio. Nuestros hijos pasarán la mitad del día o más allí. Sus profesores serán sus referentes y sus compañeros se convertirán en sus amigos. Por eso es que debemos estar abiertos y procurar la mejor relación con el colegio.
Lo que nosotros podemos hacer
Lo mejor que podemos hacer como padres es mantener una relación profesional con el colegio, que se extienda en el tiempo y con contactos frecuentes. No es un espacio para charlar como lo haríamos con amigos, pero sí que deben estar al tanto de los cambios importantes en la vida de los niños, como los divorcios, las mudanzas, la situación de los padres. Necesitan esta información para comprender a los niños en su contexto.
Acudamos a las reuniones planificadas con profesores y tutores. Además, existen en los centros orientadores, profesores de apoyo, etc. con los que podemos hablar si es preciso.
Decidir en lugar de criticar
Muchas veces hemos podido ver a niños angustiados por sus tareas o con algún profesor en concreto. Sabemos que eso de “el profe me tiene manía” no siempre es una impresión. Cuando los niños nos expresan sus preocupaciones no debemos minimizarlas. Pero tampoco es deseable que las convirtamos en las nuestras delante de ellos. Es decir, podemos hablar y compartir lo que pensamos de los profesores, pero nunca delante de ellos. Eso descalifica a los profesionales del colegio y los niños pueden comprender que no merecen respeto.
Evitemos hablar mal de ellos e impliquémonos si creemos que algo va mal.
Estos son algunos consejos para mantener una relación sana y equilibrada con el colegio, pero habrá muchos más. En otros post profundizaremos en el tema.
Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá.
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