Oficialmente y sobre todo socialmente, la jubilación parece suponer el fin de tu vida profesional. Pero cualquiera que se haya jubilado o esté a punto de jubilarse sabe que eso solo ocurre en la mitad de la gente. Para algunos, la jubilación la sienten como el final de una vida y el comienzo de otra. Para otros, la jubilación es percibida como una caída a través de un precipicio. Esta eventualidad, que altera la vida, no solo afecta nuestras cuentas bancarias y nuestros horarios diarios, también tiene un profundo efecto en nuestras relaciones románticas.
Todo lo que hacemos desde que nacemos hasta el último día antes de la jubilación, está enfocado a formarte para tener una profesión, luego conseguirla e ir mejorando en ella. Con sus más o menos altibajos, o con cambios de rumbo dentro de la vida laboral, pero todo lo que hacemos se centra en obtener y mantener un trabajo para subsistir. La idea de que debemos tener un trabajo y que el trabajo debe ocupar la mayoría de nuestro tiempo, es una idea muy arraigada en la sociedad de hoy en día. Los padres de los bebés intentan predecir qué harán sus bebés parlanchines para ganarse la vida. A los niños de secundaria se les recuerda una y otra vez que el lugar al que van a la universidad puede afectar el resto de sus vidas. Luego es la universidad, y luego los mensajes van destinados hacia la creación de una carrera profesional.
Si eres el tipo de persona cuya identidad gira en torno a tu carrera, el final de esa carrera puede ser devastador. Ya no tienes un motivo para levantarte todas las mañanas, tus días pueden percibirse desestructurados y el propósito de tu vida es confuso. Tu autoestima recibe un golpe. Esto no solo es malo para tu bienestar, también es malo para tu relación de pareja. Para aceptar el amor de los demás, primero tenemos que amarnos a nosotros mismos.
- Construye una vida que valga la pena amar
Para mejorar tu vida amorosa después de la jubilación, primero, debes mejorar tu vida no amorosa. Debes construir una vida posterior al trabajo que sea tan gratificante y autoafirmativa como lo fue tu carrera profesional. Esto requiere redescubrir tu propósito en la vida. Piensa en todos los pasatiempos que has disfrutado desde tu infancia hasta ahora. ¿Podrías elegir uno de ellos nuevamente y darle el tiempo y la atención que antes no podías mientras trabajabas? O, ¿había algo que siempre quisiste probar, pero no lo hiciste porque creías que era demasiado poco práctico? Si soñaste con estudiar teatro, pero tus padres te hicieron especializarse en negocios, inscríbete en clases de actuación. Si pasaste todas las vacaciones recorriendo museos de arte y sitios culturales, considera ofrecerte como voluntario en un museo o galería.
- Comparte nuevas experiencias con tu pareja
Tu vida laboral ha cambiado, tu agenda diaria ha perdido enfoque, pero tu relación con tu pareja es la misma. Bueno ¿realmente es lo mismo?, ¿tal vez incluso un poco aburrida? Tener mucho tiempo libre puede presionar una relación. Toda la energía, el estrés y la emoción del trabajo, ahora no tienen a dónde ir, sino hacia su pareja. Es una receta para peleas y decepciones entre ambos. Lo que necesitáis es compartir experiencias nuevas y emocionantes juntos. Piensa en esos embriagadores primeros días de tu relación. Primera cita, primer beso, primera película, primer viaje por carretera. Cada primero fue su propia pequeña aventura y te hizo sentir fortalecido. Lo necesitas de nuevo ahora. Haz una lista con tu pareja de todas las cosas que aún queréis experimentar y luego hacedlo.
- Dale sabor a tu vida sexual
Cuando nuestros cuerpos dejan de producir las hormonas sexuales en las que confiamos para que las cosas funcionen, nuestras vidas sexuales pueden sufrir seriamente. Mientras que nuestros cuerpos ya no sienten el impulso constante de tener relaciones sexuales, nuestros cerebros aún desean la conexión emocional que experimentamos al hacer el amor. Ver películas eróticas-picantes, leer novelas románticas, prepararse un baño burbujeante con tu pareja… cualquier cosa y forma en las que puedas ponerte de buen humor y poner en marcha las cosas. No se avergüence de invitar juguetes y lubricantes al dormitorio junto con tu pareja. Tal vez incluso hagan un viaje juntos a una tienda para adultos. Eso puede contar como una nueva experiencia.
Para que la vida post-carrera profesional se sienta más como comenzar de nuevo y menos como caer en picado hasta tu muerte, trata tu vida amorosa como si fuera nueva también. Trata a tu pareja como lo hiciste cuando os conocisteis por primera vez, con la novedad y la sensualidad del amor joven, y vivirás feliz para siempre esa llamada: la jubilación.
PSICOLOGIA CLAVE: Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá
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