Don Felipe y Doña Letizia ofrecieron en el Palacio Real de Madrid una cena de gala en honor al Presidente del Estado de Israel, Reuven Rivlin, y su esposa Nechama Rivlin.
Los Reyes don Felipe y doña Letizia han abierto las puertas del Palacio Real para ofrecer una cena de gala en honor al Presidente de Israel y su esposa, que se encuentran de visita oficial en España. Por este motivo, como es habitual desde que Felipe VI fue proclamado Rey, recibieron a sus invitados – representantes de las instituciones del Estado, empresarial, cultural y económico de ambos países- en el Salón del Trono, conocido también como el Salón de los Leones.
Tras los saludos, don Felipe y doña Letizia acompañados de sus invitados se trasladaron al comedor de gala, decorado con tapices de Bruselas portátiles, piezas de Sèvres y arañas de cristal, donde tuvo lugar la cena de gala, que conmemora los treinta años de relaciones diplomáticas entre ambos países.
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La Reina Letizia, de Caprile
Una vez más, la doña Letizia ha sido la anfitriona más elegante con un diseño recuperado de Lorenzo Caprile. Un look en blanco y negro compuesto por cuerpo en forma de corsé con detalles de cristal y falda de corte sirena con bordados florales en blanco. Un vestido que ha adornado con el broche Flor de Lis – emblema heráldico de la dinastía Borbón-.
Para esta ocasión tan especial la reina Letizia ha lucido la tiara floral de diamantes que el Gobierno español regaló a la Reina Sofía con motivo de su boda en 1962. Además, ha vuelto a sacar de su joyero las gemelas Cartier y unos pendientes largos con perlas, que ha elegido en ocasiones anteriores.
Doña Letizia ya estrenó la falda de Lorenzo Caprile en 2004, cuando era Princesa de Asturias durante el viaje oficial a Nueva York. En 2006, con motivo de las bodas de plata de los Grandes Duques de Luxemburgo fue cuando combinó por primera vez la falda con este mismo corsé negro.
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