Por Barbireando
Sentada en la Plaza Mayor de Garganta de la Olla (Cáceres), me pido una cerveza artesana que se llama Blomberg y su eslogan es “La pasión de Carlos V”. Servidora, que es curiosa por naturaleza y con una buena memoria histórica, busca en sus archivos, además de los de Google, y descubre que esta cerveza es en honor a “Bárbara Blomberg”, tocaya de finales del siglo XVI y a quien definían como una mujer única.
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Así que la historia está servida: es rubia, con carácter, elixir de emperadores y se bebe a trago lento. Mientras, una servidora sentada en la plaza al solecito, va relatando esta historia que no tiene desperdicio y que podría ser un estilo Sálvame pero del Siglo XVI.
Se han dicho muchas cosas de Bárbara Blomberg. Decían de ella que poseía una belleza que no parecía de este mundo, una voz como los ángeles para el canto, que era independiente, libertina, indómita, locuaz y muy ligera. Una mujer rompedora para su época. En un tiempo lleno de conventos, guerras y crucifijos, Barbara siempre hizo su santa voluntad frente a los hombres de su época, un emperador, un rey o su propio hijo. Barbara Blomberg fue la última de las pasiones del emperador Carlos V. El emperador de emperadores estuvo años sumido en una gran tristeza tras la muerte de la emperatriz.
Bárbara era la humilde hija de un comerciante Bávaro y la vida le puso a cantar con 18 años delante de Carlos V en un festejo. Era sabido por todos que al emperador, la cerveza y el canto le hacían levantar los pies del suelo. Al escuchar su voz clara y dulce le cambió el gesto. Con un simple movimiento de su mano del todo poderoso rey del mundo, la fiesta se vació y Bárbara se quedó sola cantando ante un emperador que se estremecía en su trono.
Desde ese día, Bárbara, con ese carácter alegre y gracioso, comparte con el emperador su pasión por la cerveza y otras artes. Al año nace su hijo Don Juan de Austria, reconocido hijo extramatrimonial del emperador. Tras enviudar de su marido Jerónimo Píramo, comienzan a ser famosan en todo el viejo imperio las correrías de “la madama”, como se la empezó a conocer en Bruselas. Allí, las autoridades de la ciudad, sabían que era madre de Don Juan de Austria y conocían sus escandalosas fiestas, siempre de carro en carro, de cerveza en cerveza, de flor en flor con lo cual la obligaron a cambiarse varias veces de dirección.
Aunque el emperador renunció a tener a Barbara a su lado, ni su hijo ni ella le fueron indiferentes, pues mantuvieron sus privilegios hasta el final. Due el duque de Alba quien escribió al rey Felipe II tras la muerte de Carlos V para comunicarle la vida libertina, despilfarradora e inapropiada que llevaba Bárbara. Varios fueron los intentos de meter a esta mujer entre rejas o en un convento y no sirvió de nada, hasta que su propio hijo, bajo un engaño, logró traerla a España y encerrarla en uno. Pero Barbara no se resignó, logró el favor del rey y salir de aquel sitio porque como ella misma decía “parecía que tenía una aguja clavada en sus nalgas”.
A base de influencias pudo terminar sus días libre, rebosante de volver al mundo, efervescente a sus 60 años terminó sus días, aún bella, coqueta y ligera.
Como habéis leído la vida de Bárbara Blomberg es capaz de ser inspiradora…Así que termino de dar mi ultimo trago a esta cerveza que siento que reúne, al igual que mi tocaya, la personalidad, ligereza, efervescencia y tradicionalmente inspirada en los maestros cerveceros de Flandes y sus raíces clásicas que introdujo Carlos V.
Retomo mis pasos hacia el coche que me espera para llevarme a un nuevo destino… Y hay un pensamiento que me ronda desde que he empezado a escribir: ¿De quién seré yo su pasión?
Hasta la semana que viene!!!!
14 Comentarios
Oye pues me lo apunto! Pinta muy muy bien!
Gracias David, espero que te gustará!!!
Conozco el sabor, pero no la historia que has contado, gracias a tu curiosidad.
Seguramente que ya sabes la respuesta que haces. Me ha encantado la historia del bellezón que hay detrás del nombre de esa cerveza. Habrá que buscarla par poder probarla. Gracias preciosa!
Me ha encantado! Tiene pintón!
qué buena historia!
La historia me ha encantado, muchas gracias!
No.coniciamos la cerveza ni la historia, pero es muy interesante
Que historia tan bonita, habrá que probar la cerveza
Muy buena historia, no lo conocía 🙂
Qué buena pinta! La probaré
Qué historia tan curiosa! La cerveza no la conozco pero tomo nota!!!
Me parece top saber siempre la historia detrás de las cosas 🙂 ¡Gracias!
Muy curiosa la historia. Me ha encantado
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