La blefaroplastia o también llamada cirugía de párpados, es como su nombre indica, una técnica quirúrgica de la oculoplastia. Consiste en corregir el exceso de piel y las bolsas de grasa de los párpados superiores e inferiores.
Vinoterapia antienvejecimiento en la Ruta del Quijote
#Bootygoals: ¿Qué es el lipofilling?
Estos problemas aparecen con el paso de los años y dan una apariencia de cansancio y envejecimiento que puede afectar a la visión, e incluso al conjunto de la cara.
Esta cirugía no debe confundirse con una cirugía para corregir o eliminar ojeras u otros síntomas causados por el paso del tiempo, aunque en ocasiones se pueden realizar de forma independiente o complementar con otras técnicas de estética facial. Es una cirugía que se efectúa con anestesia local y en ocasiones con sedación. Es una intervención indolora y con una recuperación bastante rápida.
Los pacientes que se someten a esta cirugía, a los pocos días pueden incorporarse a sus actividades cotidianas. La cicatriz queda en una arruga de la piel preexistente, por lo que se convierte en invisible con el tiempo.
Tipos de blefaroplastia
Como ya hemos comentado, la blefaroplastia es una intervención que consiste en extirpar la piel sobrante y restaurar la tensión normal del músculo de los párpados.
Existen varios tipos de blefaroplastia que el profesional aconseja según las necesidades del paciente:
Blefaroplastia superior
Es una intervención que se realiza mediante micro incisiones sobre el pliegue natural de los párpados superiores, para así, eliminar la piel y la grasa sobrante que aparece por el envejecimiento. El objetivo de esta cirugía es devolver a la mirada un aspecto más descansado y rejuvenecido.
Blefaroplastia inferior
Como su nombre indica, es una intervención que sirve para eliminar una parte sobrante de la piel del párpado inferior. Esta operación elimina bolsas de los ojos y en algunos casos mejora los surcos de las ojeras mediante una recolocación de la grasa. El objetivo de esta incisión es conseguir una mirada más juvenil y despejada.
En este tipo de blefaroplastia existen diferentes técnicas y por eso, el especialista debe seleccionar la más adecuada a tus necesidades.
Blefaroplastia transconjuntival
En este tipo de cirugía, el profesional realiza la incisión entre los párpados y el globo ocular. Es una técnica más común en aquellos pacientes que no tienen un exceso de laxitud en la piel o en el músculo del párpado, y cuyas bolsas no son muy pronunciadas. Es más bien una intervención que se realiza en personas más jóvenes.
La ventaja de esta intervención es que, durante el procedimiento no se toca la piel y por tanto no requiere de sutura de la misma. Esto implica una ausencia de cicatriz cutánea y una recuperación más rápida.
Blefaroplastia subciliar
Este tipo de intervención se realiza debajo de la línea de las pestañas, y su objetivo es reducir las bolsas de los párpados inferiores eliminando parte de la grasa acumulada que hay en su interior.
Es una técnica idónea para aquellos casos que requieren de remoción de la piel. Se hace bajo anestesia local, sedación y no requiere ingreso hospitalario.
¿Cuándo debo someterme a una blefaroplastia?
Es posible que tengas los párpados flácidos o caídos y no puedas abrir los ojos por completo porque la piel de los párpados empuja hacia abajo. Quizá por eso estés pensando en someterte a esta intervención.
Pero, para ello, debes tener en cuenta algunas características que te vamos a nombrar a continuación ya que, la blefaroplastia puede ser una opción si presentas los siguientes síntomas:
- Bolsas o flacidez en los párpados superiores.
- Exceso de piel en los párpados inferiores.
- Exceso de piel en los párpados superiores que afectan a la visión periférica.
- Bolsas debajo de los ojos.
Si padeces algunas de estas características y quieres mejorar tu aspecto, sería conveniente acudir a un profesional para que te informe mejor sobre esta intervención y aconsejarte qué tipo de blefaroplastia es la más adecuada para ti.
Resultados: antes y después
Muchas de las personas que se han sometido a esta operación han manifestado estar satisfechas con los resultados de la blefaroplastia. Gozan de una apariencia más juvenil y rejuvenecida. Incluso vuelven a disfrutar de un aspecto más descansado y mayor autoestima.
En algunos casos la blefaroplastia puede durar toda la vida, en otros cabe la posibilidad que los párpados vuelvan a caerse. Es una operación, como ya hemos mencionado, indolora, en la que los hematomas y la inflamación suelen disminuir entre 10 y 14 días. Eso sí, es importante proteger la piel intervenida y delicada de los párpados es aconsejable no exponerse al sol.
En definitiva, con la blefaroplastia se consiguen resultados muy favorables devolviendo un aspecto más fresco, con un efecto duradero. Es una de las cirugías órbito – palpebrales más demandadas en cirugía estética ocular para ayudar a devolver a la mirada un aspecto juvenil y descansado.
Deja un comentario